Los eufemismos son los términos que se usan para reemplazar algo que queremos expresar pero que puede resultar un tanto duro o malsonante a los oídos de las demás personas. Por ejemplo: reducción de personal (despido).
Los eufemismos se utilizan entonces para suavizar o matizar la carga negativa, despectiva u ofensiva que pueden tener ciertas palabras. Hacemos esto al tener que referirnos, fundamentalmente, a cuestiones sexuales, fisiológicas o escatológicas y a toda realidad desagradable o vulgar que por delicadeza se evita nombrar.
El empleo de eufemismos se vincula así con los grandes temas tabú del ser humano. Pero también el llamado discurso “políticamente correcto” ha instalado en el habla una buena cantidad de eufemismos vinculados con cuestiones raciales o étnicas, sociales, etarias y aún con discapacidades físicas.
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Ejemplos de eufemismos
Se dan a continuación algunos eufemismos, se indica entre paréntesis la palabra a la que reemplaza:
- Reducción de personal (despido)
- Edad dorada o tercera edad (vejez)
- Pasar a mejor vida (morir)
- Persona de color (negro)
- Persona con capacidades diferentes (discapacitado)
- No vidente (ciego)
- Establecimiento penitenciario (cárcel)
- Conflicto armado (guerra)
- Residencia para la tercera edad (geriátrico)
- Interrupción voluntaria del embarazo (aborto)
- Ebrio (borracho)
- Demente (loco)
- Dormir el sueño eterno (morir)
- Daños colaterales (muertes de civiles)
- Empinar el codo (beber en exceso)
- Salivar (escupir)
- Miembro viril (pene)
- Hacer el último viaje (morir)
- Pasar al toilette (ir al baño)
- Tener la regla (menstruar)
Características de los eufemismos
- Un eufemismo no puede ser sustituido por ninguna otra palabra de modo que conserve íntegramente los mismos efectos cognitivos, estilísticos y sociales. Esto ocurre porque casi no existen en español sinónimos estrictos y absolutos.
- Una palabra puede funcionar como eufemismo solo si su interpretación permanece ambigua a cargo del oyente, quien la interpretará en sentido literal o bien eufemísticamente.
- Cuando se extiende mucho el uso de un eufemismo, pasa a comportarse más como un sinónimo que como un eufemismo.
- Los eufemismos solo pueden ser detectados en el contexto en el que son proferidos y su comprensión depende de varios factores, entre ellos, los conocimientos, los usos sociales y las creencias de los interlocutores implicados en el intercambio lingüístico.
Disfemismos
El disfemismo es lo contrario al eufemismo. Se trata de un tipo de sarcasmo que consiste en utilizar expresiones negativas o peyorativas para describir cosas, hechos o personas.
Por ejemplo:
- comida chatarra (para referirse a la comida rápida).
- caja tonta (para referirse al televisor).
Tanto el eufemismo como el disfemismo son una clase especial de metáforas, habitualmente estudiadas desde el análisis del discurso.
Los eufemismos conservan su sentido normal, además del sentido que se les asigna cuando se los emplea en reemplazo de otros términos. Por este motivo pueden resultar equívocos en ciertas circunstancias.
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