Todos hemos notado alguna vez que si viajamos parados en el autobús y frena de golpe, nuestro cuerpo tiende “a seguir viaje”, lo que nos obliga a tomarnos rápidamente de algún elemento firme dentro del autobús para no caernos.
Esto sucede porque los cuerpos tienden a mantener su estado, de reposo o de movimiento, a menos que sufran la acción de una fuerza. A este fenómeno la física lo reconoce como “inercia”.
La inercia es la resistencia que opone la materia a modificar su estado de reposo o movimiento, y solo se modifica ese estado si una fuerza actúa sobre ellos. Se dice que un cuerpo tiene mayor inercia cuanta mayor resistencia opone a modificar su estado.
- Ver además: Caída libre y tiro vertical
Tipos de inercia
La física distingue entre inercia mecánica e inercia térmica:
- Inercia mecánica. Depende de la cantidad de masa. Cuanta más masa tiene un cuerpo, más inercia posee.
- Inercia térmica. Cuantifica la dificultad con la que un cuerpo cambia su temperatura al entrar en contacto con otros cuerpos o al ser calentado. La inercia térmica depende de la cantidad de masa, de la conductividad térmica y de la capacidad calorífica. Cuanto más masivo sea un cuerpo, menor conductividad térmica tenga o más capacidad calorífica posea, mayor será su inercia térmica.
- Ver también: Fuerza de gravedad
La primera ley de Newton
La idea de inercia ha sido plasmada en la primera ley de Newton o ley de la inercia, según la cual si un cuerpo no está sujeto a la acción de fuerzas, mantendrá en todo momento su velocidad en magnitud y en dirección.
Sin embargo, es interesante notar que antes que Newton, el científico Galileo Galilei ya había planteado este concepto haciendo frente al punto de vista aristotélico en su obra Diálogos sobre los dos grandes sistemas del mundo, ptolemaico y copernicano, que data de 1632.
Allí dice (en boca de uno de sus personajes) que si un cuerpo se deslizara por un plano liso y perfectamente pulido, mantendría su movimiento ad infinitum. Pero si este cuerpo se deslizara sobre una superficie inclinada, sufriría la acción de una fuerza que le podría provocar aceleración o desaceleración (según el sentido de la inclinación).
De manera que ya Galileo vislumbró que el estado natural de los objetos no es exclusivamente el de reposo, sino también el de un movimiento rectilíneo y uniforme, en la medida que no existan otras fuerzas actuando.
Asociado a este concepto físico, al describir los comportamientos humanos aparece la otra acepción del término inercia, que se aplica a aquellos casos en que las personas no hacen nada respecto de algo por una cuestión de desidia, de apego a la rutina, de comodidad o, simplemente, por dejarse estar tal como lo están, que a menudo es lo más fácil.
- Ver también: Segunda Ley de Newton
Ejemplos de inercia en la vida cotidiana
Muchas situaciones cotidianas dan cuenta del fenómeno físico de inercia:
- Cinturones de seguridad inerciales. Solamente se traban en caso de que el cuerpo siga en movimiento cuando hay una detención brusca.
- Lavarropas con centrifugado. El tambor del lavarropas tiene agujeritos para que al girar para centrifugar la ropa, las gotas de agua que tienen cierta velocidad y dirección sigan de largo en su movimiento y pasen por los agujeros. Se dice entonces que la inercia de las gotas, el estado de movimiento que poseen, ayuda a quitar el agua de la ropa.
- Atajar la pelota en el fútbol. Si un arquero no frena con sus brazos el pelotazo aplicado por el delantero del equipo contrario, habrá gol. La pelota en movimiento, por su inercia, seguirá viaje hacia dentro del arco a menos que una fuerza, la de las manos del arquero en este caso, lo impida.
- Pedaleo en bicicleta. Podemos avanzar con nuestra bicicleta unos cuantos metros tras haber pedaleado y dejar de hacerlo, la inercia nos hace avanzar hasta que la fricción o el rozamiento la supera, entonces la bicicleta se detiene.
- Prueba del huevo duro. Si tenemos un huevo en la heladera y no sabemos si está crudo o cocido, lo apoyamos en la mesada, lo hacemos girar con cuidado y con un dedo intentamos detenerlo: el huevo duro se frenará inmediatamente porque su contenido es sólido y forma un todo con la cáscara, de manera que si se detienen la cáscara, también se detiene el interior. Sin embargo, si el huevo está crudo, el líquido de adentro no se detiene inmediatamente junto con la cáscara, sino que por la inercia seguirá moviéndose un rato más.
- Quitar un mantel y que quede lo que está arriba apoyado en la mesa, en el mismo lugar. Un truco clásico de magia basado en la inercia; para que salga bien hay que tirar el mantel hacia abajo y el objeto debe ser más bien liviano. El objeto apoyado sobre el mantel se opone al cambio en su estado de movimiento, tiende a permanecer quieto.
- Los tiros con efecto en el billar o el pool. Cuando se intenta lograr las carambolas, aprovechando la inercia de las bolas.
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