10 Ejemplos de
Organización formal e informal

Una organización es un conjunto de individuos que suman esfuerzos para alcanzar una meta común. Existen diversas formas de organización colectiva, con diversos grados de jerarquización, estructuración y rigurosidad en su funcionamiento. Por ejemplo: el gobierno de un país, un club de fútbol barrial, un colectivo ecologista.

Estas organizaciones pueden ser de diverso tipo, dependiendo de la manera en que se repartan las labores entre sus integrantes y, sobre todo, de si existe o no un documento oficial que establezca los principios que las rigen. Así, es posible distinguir entre:

• Organizaciones formales. Son aquellas en las que existe un documento que recoge sus reglas de funcionamiento y que, por lo tanto, poseen un carácter más estricto, riguroso y de cara a la ley.
• Organizaciones informales. Son aquellas en las que no existe un documento que recoge sus reglas, por lo que estas se establecen de manera más espontánea y flexible, por el simple acuerdo entre sus integrantes.

Tanto las organizaciones formales como las informales pueden darse en un mismo contexto social o laboral, y pueden perseguir cometidos similares. La única diferencia entre ellas tiene que ver con el modo en que se establecen sus reglas de juego.

• Ver además: Organizaciones lineales

Diferencias entre organización formal e informal

La principal diferencia entre una organización formal y una informal radica en que la primera está “oficializada”. Es decir, está respaldada por un acta constitutiva, un manual organizativo o algún otro documento en el que se detalla su modelo de organización. De esto se desprende que las organizaciones formales son más estrictas en su reglamentación y su propósito, mientras que las informales son más adaptables y cambiantes.

Las diferencias entre un tipo y otro de organización pueden resumirse del siguiente modo:

Organizaciones formales	Organizaciones informales
Se rigen por documentos donde se explica el modo en que se constituyen, como contratos y actas constitutivas, entre otros.	No se rigen por documentos, sino por lo acordado entre sus integrantes, que a menudo puede cambiar.
Tienden a ser más rígidas, más sólidas y a perdurar en el tiempo.	Tienden a ser más flexibles y adaptables, pero también más efímeras.
Los límites, las atribuciones y las responsabilidades están claramente atribuidos y delimitados.	Los límites y las jerarquías suelen ser cambiantes, por lo que a menudo son más propensas al desorden.
Son más resistentes a las acciones individuales.	Son más susceptibles a las acciones individuales.
Por ejemplo: un país, una empresa o un salón de clases.	Por ejemplo: un equipo barrial de fútbol, un equipo de trabajo freelance o un grupo de turistas en una excursión.

Ejemplos de organización formal

1. Un ministerio del gobierno. Los ministerios y departamentos gubernamentales están organizados de manera formal, pues obedecen a una departamentalización y especificación del trabajo burocrático conforme a una repartición establecida en su reglamento interno.
2. El cogobierno de una universidad. Las universidades autónomas poseen órganos de cogobierno elegidos por voto de la comunidad universitaria y cuyo funcionamiento se rige por leyes plasmadas en documentos constitutivos, como el reglamento universitario.
3. La gerencia de un banco. La estructuración del trabajo en un banco se organiza en departamentos y coordinaciones jerarquizadas y diferenciadas, de acuerdo al principio de la mayor formalidad y control.
4. El gobierno de un país. Sea cual sea su régimen de gobierno y su marco legislativo específico, los gobiernos de los países son ejemplos de organizaciones formales que se eligen de acuerdo a métodos específicos, y se rigen por las leyes y códigos establecidos en la Constitución Nacional.
5. Una empresa privada. Las empresas se rigen por lo establecido en sus actas de fundación. En ellas, figura su jerarquía y sus distintos departamentos, a través de los cuales se coordinan los esfuerzos de sus trabajadores y empleados.

Ejemplos de organización informal

1. Un grupo de compañeros de escuela. Un conjunto de compañeros que se ven regularmente y estudian juntos se puede constituir en una organización informal en la medida en que persigan objetivos comunes, como ayudarse a estudiar y transmitirse los apuntes de clase, entre otros. Sin embargo, no existe entre ellos una jerarquía formal, ni media un documento que les asigne responsabilidades específicas.
2. Un equipo de fútbol barrial. Muchas familias y amigos se reúnen a hacer deporte, para lo cual deben organizarse mínimamente en dos equipos contrarios y seguir las reglas que correspondan. Sin embargo, esa organización no consta en ningún documento ni es resistente a sus deseos, de modo que si alguno decide cambiar de equipo o de posición con otro, puede hacerlo.
3. Los mercados callejeros. Este tipo de organización popular forma parte de la economía informal, pues no paga impuestos ni se rige del todo por los códigos comerciales del Estado. Se caracteriza por vender sus productos de manera itinerante, fijando el precio sin un convenio formal, pero de acuerdo a los códigos colectivos de los mercaderes.
4. Un club de lectura. Los clubes de lectura reúnen a personas interesadas en la literatura, cuyo único compromiso es leer y asistir a las reuniones a compartir y disertar sobre los libros. Aunque exista cierta organización en sus reuniones, para que no se hable al mismo tiempo ni de libros distintos, el club carece de contratos y otros documentos que establezcan jerarquías, responsabilidades y obligaciones entre sus integrantes.
5. Una pareja en etapa de noviazgo. Al contrario del matrimonio o el concubinato, que son instituciones formales, el noviazgo se puede considerar como una organización informal, ya que no hay compromisos legales ni documentos que medien entre los novios, a quienes solo los une su voluntad. Por ende, el noviazgo puede interrumpirse libremente, a pesar de que se rija por ciertas normas de mutuo acuerdo entre ellos.

Sigue con:

• Organizaciones funcionales
• Organismos internacionales
• Organizaciones lucrativas y no lucrativas

Referencias

• Alonso Mungía, E. y Ocegueda Melgoza, V. (2006). Teoría de las organizaciones. Umbral.
• Tirado Serrano, F., Gálvez Mozo, A. y Baleriola Escudero, E. (2017). Las organizaciones en el siglo XXI. Un enfoque psicosocial y político. Editorial UOC.