Los sistemas cerrados son aquellos que permiten poco intercambio de información con su entorno, es decir, que presentan algún tipo de barrera que preserva el contenido del sistema en su interior. En ese aspecto, son lo contrario a los sistemas abiertos. Por ejemplo: un globo de helio, un reactor nuclear y un termo de café.
Los sistemas cerrados presentan un mayor grado de autonomía en su funcionamiento y, por lo tanto, se ven menos afectados por los agentes y las condiciones externas. Sin embargo, no existe en la naturaleza un sistema real y absolutamente cerrado, es decir, un sistema aislado, totalmente separado del entorno. Todos los sistemas permiten algún margen de intercambio de materia o energía entre el adentro y el afuera. En el caso de los sistemas cerrados, ese margen resulta bastante reducido.
En general, se suelen utilizar los términos “sistemas cerrados” y “sistemas aislados” como sinónimos. Sin embargo, en ciertos ámbitos especializados, se llama “sistemas cerrados” a aquellos que permiten el intercambio de energía con el entorno, pero no de materia; mientras que se reserva el término “sistemas aislados” para aquellos que no permiten el intercambio ni de energía ni de materia.
¿Qué son los sistemas?
Los sistemas se pueden definir como conjuntos de elementos interrelacionados entre sí, que responden como un todo organizado y cuyas interacciones a menudo sirven para cumplir una o varias funciones. Se clasifican en abiertos, cerrados y aislados, dependiendo de si intercambian mucha, poca o ninguna información con su entorno.
- Ver además: Sistema abierto, cerrado y aislado
Características de los sistemas cerrados
En términos generales, los sistemas cerrados se caracterizan por lo siguiente:
- Intercambian poca información con el entorno.
- Su funcionamiento depende enteramente de factores internos.
- Sus recursos son limitados, pero propios.
- Son más abundantes en la realidad que los sistemas aislados.
- Tienen un comportamiento determinístico y programado.
Ejemplos de sistemas cerrados
Algunos ejemplos de sistemas cerrados son:
- Un avión en pleno vuelo. Para que la vida sea posible en su interior, un avión en vuelo debe estar perfectamente cerrado y presurizado.
- Un reactor nuclear. En el interior de un reactor nuclear, se producen reacciones atómicas controladas que generan energía. Para no esparcir sustancias radiactivas en el medio ambiente, es preciso que se encuentre cerrado.
- Un globo inflado. Para que un globo se mantenga inflado durante cierto tiempo, no debe entrar ni salir aire.
- La batería de un automóvil. Durante el tiempo en que funcionan sus componentes electroquímicos, la batería se alimenta y expulsa energía, pero sin que varíe su materia.
- Una olla a presión. Al no permitir el escape del vapor, conserva en su interior el calor que ablanda la comida.
- Un termo con café caliente. Gracias a ser un sistema cerrado, el termo conserva el calor del líquido durante un largo período de tiempo.
- El planeta Tierra. La Tierra intercambia energía con el sistema solar, pero no materia, ya que nada de lo que se encuentra en su interior puede escapar naturalmente al espacio.
- Una nave espacial. Si bien libera calor y partículas al espacio, lo hace en proporciones mínimas y controladas.
- Una botella de vino cerrada. Mientras se mantiene cerrada, la botella retiene el líquido en su interior e impide el ingreso de microorganismos.
- Un sobre cerrado. Al estar cerrado, no puede agregarse ni sacarse nada sin romper el envoltorio.
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Referencias
- Gibson, B. (2024). Systems theory. Encyclopedia Britannica. https://www.britannica.com/
- Johansen Bertoglio, O. (1982). Introducción a la teoría general de sistemas. Limusa.
- Martín Blas, T. y Serrano Fernández, A. (s. f.). Sistema termodinámico. Universidad Politécnica de Madrid (UPM). https://www2.montes.upm.es/
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