La centrifugación es un método para separar sustancias sólidas de líquidas de distinta densidad en una mezcla, siempre y cuando las primeras sean insolubles, empleando para ello la fuerza giratoria o fuerza centrífuga. Por ejemplo: el lavarropas, la separación del ADN, secado de sólidos.
Para ello se emplea a menudo un instrumento llamado centrifugadora o centrífuga, que hace girar la mezcla sobre un eje fijo y determinado.
Como su nombre lo sugiere (centrífuga: que huye del centro), esta fuerza tiende a llevar los componentes más densos hacia afuera del eje de rotación, dejando a los menos densos en el centro mismo. Es contraria a la fuerza centrípeta.
- Ver además: Cromatografía
Tipos de centrifugación
- Diferencial. Basada en la diferencia de densidad de las sustancias, es la técnica básica pero inexacta.
- Isopícnica. Esta técnica se utiliza, por ejemplo, para separar partículas de tamaño similar pero con densidades diferentes.
- Zonal. Se emplea la diferencia en la velocidad de sedimentación de las sustancias (debido a sus masas distintas) para separarlas en un tiempo de centrifugado determinado.
- Ultracentrifugación. Su potencia permite la separación de moléculas y sustancias subcelulares.
Ejemplos de centrifugación
- El lavarropas. Este aparato emplea la fuerza centrífuga para separar la ropa (sólida) del agua (líquida) en base a sus densidades. Por eso la ropa suele estar casi seca al sacarla de su interior.
- Industria láctea. La leche es centrifugada para escindir su contenido de agua y de lípidos, pues estos últimos son empleados para elaborar la mantequilla, o a partir del remanente la leche desnatada.
- Automóviles en una curva. Cuando conducimos rápido a través de una curva en la vía, sentimos a menudo una fuerza tirando de nosotros hacia afuera de la misma, lejos del eje de la curvatura. Ésa es la fuerza centrífuga.
- Obtención de enzimas. En la industria médica y farmacológica, a menudo se recurre a la centrifugación para obtener determinadas enzimas de las células especializadas que las producen.
- Separación del ADN. La centrifugación isopícnica a menudo se emplea en laboratorios genéticos para separar el ADN celular y permitir su posterior estudio y manipulación.
- Alimentos para celíacos. A la hora de separar la proteína del gluten de los alimentos que lo contienen, el proceso de centrifugado se hace indispensable. Se realiza sobre la pasta de almidón, cuyo contenido de gluten alcanza el 8%, y se reduce por debajo del 2% en sucesivas centrifugaciones selectivas.
- Pruebas sanguíneas. Se emplea una centrífuga para separar los elementos de la sangre, como el plasma y otros elementos que comúnmente están mezclados en ella.
- Aceleración de la sedimentación. En diversas industrias alimenticias, como la cervecera o la de los cereales, la centrifugación permite apresurar los procesos de sedimentación que la gravedad genera espontáneamente, reduciendo el tiempo de espera de la materia prima.
- Limpieza del látex. En la industria del látex, se hace necesaria la limpieza de la sustancia, cuya superficie es particularmente propensa a la adherencia de otras partículas, y esto se lleva a cabo a través de la centrifugación, dada la poca densidad de la sustancia.
- Secado de sólidos. Otra aplicación industrial de la centrífuga es el secado de cristales u otros materiales cuya obtención va acompañada de agua. Al girar, el agua se separa de los sólidos y es desechada, dejando los sólidos deseados sin el líquido.
- Tratamiento de aguas residuales. La centrifugación de las aguas contaminadas permite extraer sustancias densas en su interior, no sólo sólidas, sino incluso aceites, grasas y otros componentes indeseados que, una vez centrifugados, podrían descartarse.
- Parques de diversiones. Muchas atracciones de los parques de diversiones emplean la fuerza centrífuga para generar un efecto de vacío en sus usuarios, que son hechos girar rápidamente sobre un eje fijo, sujetos fuertemente a un asiento que les impide salir disparados hacia afuera del eje de giro.
- Motociclistas de piruetas. Es un clásico del circo el motociclista en una esfera, que es capaz de conducir por el techo de la misma desafiando a la gravedad. Esto es capaz de hacerlo luego de haber dado muchas vueltas sobre un mismo eje horizontal, acumulando velocidad y sometiéndose a la fuerza centrífuga que lo adhiere al interior de la esfera. Eventualmente esta fuerza será tanta que será capaz de verticalizar el movimiento y desafiar la gravedad.
- Inclinación de las vías del tren. Para contrarrestar la fuerza centrífuga, a menudo se inclinan las vías del tren hacia adentro de las curvas, ejerciendo resistencia para que no sucumba a la fuerza que lo empuja hacia afuera y no se descarrile.
- La traslación terrestre. La razón de que la fuerza gravitacional del Sol no nos empuje de cabeza hacia su interior se debe, también, a la fuerza centrífuga que, al girar sobre el eje del astro rey, la empuja hacia afuera, contrarrestando y equilibrando la atracción gravitacional.
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