La condensación es el cambio de estado de la materia desde un estado gaseoso inicial a uno líquido, a partir de la disminución de la temperatura del gas. Este proceso, por lo general, se realiza a la presión del ambiente. Por ejemplo: el ciclo del agua, la niebla sobre el parabrisa, el vapor de la respiración. En ese sentido, es el proceso inverso de la vaporización.
La condensación de un gas implica una mayor proximidad entre las partículas de esta sustancia, lo cual a su vez implica una menor movilidad de esas partículas como resultado de una disminución de su energía, es decir, se libera energía en el proceso. Si este proceso se induce a partir de un incremento en la presión del gas, se denominará licuefacción.
Ejemplos de condensación
- El rocío. La disminución de la temperatura ambiental durante la madrugada permite la condensación del vapor de agua en la atmósfera sobre las superficies expuestas, donde deviene en gotas de agua conocidas como rocío. Apenas la temperatura se incrementa a lo largo del día, dicho rocío se evapora y recupera su forma gaseosa.
- El ciclo del agua. El vapor de agua en el aire caliente normalmente asciende a capas superiores de la atmósfera, donde tropieza con segmentos de aire frío, pierde su forma gaseosa y se condensa en forma de nubes que mediante la lluvia vuelven a caer en estado líquido sobre la tierra.
- La “sudoración” de las bebidas frías. Al estar en una temperatura más baja que el medio ambiente, la superficie de una lata o una botella llenas de gaseosa fría reciben la humedad del ambiente y la condensan en forma de gotitas comúnmente referidas como “sudor”
- El agua de los aires acondicionados. Estos aparatos recogen agua del aire circundante, mucho más frío que en el exterior, y la condensan dentro suyo. Luego deberá ser expulsada por algún canal de desagüe.
- La niebla sobre el parabrisas. Al conducir a través de un banco de niebla, se notará que el parabrisas se llena de gotitas de agua, como si estuviera lloviendo. Esto se debe al contacto del vapor de agua con la superficie, que al estar más fría propicia su condensación.
- El empañamiento de los espejos. Dada la frialdad de su superficie, los espejos y vidrios son ideales receptores de la condensación de vapor de agua, como ocurre al tomar una ducha caliente.
- Obtención de sustancias químicas. A menudo se emplea la condensación como un método para forzar ciertos gases obtenidos en reacciones químicas a devenir en líquidos, evitando que se extravíen al dispersarse en la atmósfera. Para eso, se les hace pasar por conductos especialmente enfriados, en los que se condensa el gas en otro recipiente.
- El empañado de las gafas de buceo. De manera similar a lo que ocurre al tomar una ducha caliente, el aire contenido entre los vidrios de las gafas de buceo y nuestro rostro contiene vapor de agua producto de la transpiración del rostro y del medio ambiente del que provino, y al estar bajo el agua (cuya temperatura es más baja que el aire), se condensa sobre el cristal formando una película visible.
- El vapor de la respiración. Si respiramos frente a un vidrio, o respiramos en un ambiente de baja temperatura y mucha humedad, podremos ver el vapor de agua como gotitas minúsculas en el primer caso o un humo blanco en el segundo. Esto se debe a que el aire de nuestros pulmones está más caliente que el vidrio o que el vapor frío en el ambiente, por lo que se condensa y hace visible.
- El calor adicional en ambientes húmedos. Esta sensación que impide el refrescamiento por sudoración de nuestra piel es producto de la condensación sobre ella del vapor de agua de un medio ambiente especialmente caluroso, que transmite así una cuota de calor adicional a nuestro cuerpo (más frío que el aire alrededor).
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