La violencia psicológica es cualquier conducta que afecte negativamente la integridad psicológica o emocional de una persona. Es una de las formas de maltrato que pueden darse en la pareja, la familia, el ámbito laboral o el educativo. La violencia psicológica puede ser una conducta activa o pasiva, de descrédito, sometimiento y menosprecio hacia otra persona. No se presenta como una situación puntual y aislada, sino como una conducta sostenida en el tiempo. Por ejemplo: amenazas, humillación, insultos.
Habitualmente, este tipo de violencia se profundiza con el tiempo. Su daño en la víctima se intensifica y provoca efectos psicológicos que le impiden defenderse o incluso identificar el problema. Quien la ejerce puede no ser consciente del daño que provoca.
La violencia psicológica se puede ocultar o minimizar, dado que muchas formas de maltrato están naturalizadas social o culturalmente. Por ejemplo: la agresión psicológica como forma de disciplina.
En algunos casos, puede presentarse junto a otras formas de maltrato, como la violencia física o sexual.
- Ver además: Violencia y maltrato intrafamiliar
Tipos de violencia psicológica
Dentro de la violencia psicológica, se pueden diferenciar dos tipos:
- Violencia psicológica pasiva. Se trata del maltrato que se da como omisión o abandono, especialmente cuando la víctima depende del agresor. Por ejemplo: rechazar las necesidades de un niño; utilizar el silencio para manipular (cortar la comunicación y retomarla inesperadamente).
- Violencia psicológica activa. Se trata del maltrato visible que se expresa con desvalorizaciones, insultos, gritos o amenazas. Por ejemplo: prohibir los vínculos por fuera del hogar, amenazar con una agresión física (aunque no llegue a materializarse).
Consecuencias de la violencia psicológica
Las consecuencias de la violencia psicológica son profundas y afectan diferentes aspectos de la vida de las víctimas. Las más evidentes son:
- Deterioro de la autoestima y la independencia. Las víctimas pueden experimentar sentimientos de inferioridad o insuficiencia. Esto afecta la posibilidad de tomar decisiones por sí mismas y la necesidad de complacer a los demás.
- Aumento del estrés. La violencia psicológica provoca un estado de tensión que puede incluso desencadenar patologías psicosomáticas, como trastornos de ansiedad, trastornos de alimentación o ataques de pánico.
- Aislamiento. Las víctimas tienden a perder el interés en actividades significativas que antes disfrutaban y compartían con otras personas. Esto reduce las posibilidades de interacción y apoyo social.
- Deterioro de la salud. Las defensas físicas y emocionales disminuyen, lo que conlleva a problemas de salud, como dolores de cabeza, fatiga o caída del cabello.
- Sentimientos de culpa. Las víctimas pueden creer que la violencia depende de su propio comportamiento, lo que genera sentimientos de culpabilidad. Además, pueden sentirse responsables por no poder evitar el abuso.
- Generación de más violencia. Cuando la violencia es vivenciada y aprendida como un modelo válido para resolver problemas, sus víctimas pueden tender a reproducirlo.
- Puede servirte: Autoestima baja y alta
Ejemplos de violencia psicológica
- Chantaje. Controlar a través de la culpa o el miedo. Por ejemplo: poner en duda los sentimientos hacia el agresor.
- Amenaza. Usar el miedo para controlar a una persona y coartar su accionar. Por ejemplo: amenazar con retirar el apoyo económico o utilizar una postura corporal intimidante.
- Humillación. Denigrar ante otros (amigos, compañeros de trabajo, familiares) o en la intimidad. Por ejemplo: revelar intimidades ante otras personas.
- Monopolio de la toma de decisiones. Tomar decisiones que involucran a otras personas sin consultarles. Por ejemplo: decidir cómo utilizar el tiempo libre.
- Control. Monitorear todo lo que hace una persona. Por ejemplo: revisar mensajes privados o escuchar conversaciones telefónicas.
- Insultos. Ofender mediante palabras hirientes. Por ejemplo: insultar la inteligencia o menospreciar los gustos.
- Comparaciones descalificadoras. Señalar falencias o defectos de una persona comparándola con otra. Por ejemplo: comparar el desempeño entre empleados.
- Gritos. Levantar la voz en una discusión para imponer un punto de vista o dar una orden. Por ejemplo: gritarle a un niño para retarlo.
- Control de la imagen. Imponer una postura propia sobre la imagen de los demás. Por ejemplo: obligar a utilizar determinados colores de ropa.
- Burlas. Descalificar o denigrar a alguien por medio de bromas. Por ejemplo: reírse de los proyectos de alguien.
- Moralización. Juzgar siempre las acciones y pensamientos de otra persona desde una supuesta superioridad moral. Por ejemplo: afirmar que los valores propios son superiores a los de los demás.
- Crítica. Emitir reiteradamente opiniones negativas sobre algún accionar o pensamiento del otro. Por ejemplo: criticar los gustos o las opiniones.
- Negación de los sentimientos del otro. Descalificar los sentimientos (de tristeza, soledad o alegría) de alguien de forma sistemática. Por ejemplo: no permitir llorar a un niño.
- Indiferencia. Permanecer indiferente al otro, sin demostrar interés o afecto. Por ejemplo: no reconocer los logros de los alumnos.
- Manipulación. Hacer que una persona dude sobre su percepción de los hechos (gaslighting). Por ejemplo: mentir sobre hechos ocurridos para que la persona dude de su memoria.
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Referencias
- Poalacin-Iza, E. M. y Bermúdez-Santana, D. M. (2023). Violencia psicológica, sus secuelas permanentes y la proporcionalidad de la pena. Revista Metropolitana de Ciencias Aplicadas,6(2), 61-69.
- Unicef México. (2016). Los derechos de niñas, niños y adolescentes y la prevención de la violencia. https://generaconocimiento.segob.gob.mx/
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