Los mitos son fábulas o alegorías que permiten explicar cuestiones que no son perceptibles por el ser humano en forma objetiva. Durante una parte muy importante de la historia, las personas observaban fenómenos de los que no podían dar una explicación, y por lo tanto recurrían a historias que incluían dioses, semidioses, héroes, monstruos o personajes fantástico.
Es el atractivo que figuras de este tipo despiertan, y lo apasionante de las historias lo que lograba dar con la repetición intergeneracional del mito, que es una condición fundamental de su esencia.
Diferentes civilizaciones de la historia ofrecen una mitología que es muy llamativa y merece la pena conocerla. Sin embargo, es interesante el hecho de que muchas de esas narraciones míticas se concentran en las mismas cuestiones, evidenciando que por distintas que fueran las civilizaciones, algunas ideas aquejaban por igual a todas.
Una de ellas es la de la creación del mundo, que despertó una gran cantidad de historias, poniendo de relieve que el hombre siempre se ha preguntado qué hace en el mundo, a qué ha venido y por qué se ha constituido este. A los mitos orientados a explicar el origen del planeta se los conoce como mitos cosmogónicos.
Los mitos cosmogónicos son los más universalmente extendidos, cumpliendo una función similar en los distintos pueblos: ofrecían una visión integradora del mundo, aseguraban la tranquilidad psicológica de los partícipes en la creencia colectiva (pues explicaban la presencia en el mundo desde una perspectiva que daba una explicación, y que no asumía un plazo muy corto de la vida en la tierra), y a la vez bajaban ciertos valores que prestaban a la garantía de una vida sana en comunidad.
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Características de los mitos cosmogónicos
La estructura del mito cosmogónico suele partir de la idea de un desorden o caos originario, una situación en la que el mundo no estaba formado: es precisamente el nudo de la historia el agrupamiento de los elementos desordenados para la constitución efectiva del mundo.
El agente creador del mundo tal como lo conocemos siempre es un Dios, o una fuerza misteriosa y extraña: las apariciones se van sucediendo, y siempre las que se producen primero son las de los medos físicos, necesarios para la vida. Las mitologías más fascinantes son las que involucran a los conceptos abstractos en la aparición, dotados de una propia divinidad.
Es esencial también para la caracterización de estos mitos pensar en la relación que bajan respecto a las personas y los dioses: en algunas ocasiones la relación es de sometimiento, mientras que en otras es de una especie de contrato por el que las personas deben vivir en armonía consigo y con la tierra.
En ningún caso la mitología propone una libertad de acción total para los hombres, pues precisamente los mitos pretendían ordenar la vida de las personas en comunidad.
Mitos cosmogónicos en la actualidad
Los mitos cosmogónicos ofrecen una interpretación del origen de la vida en la tierra, que en algunos casos dista y en otros es similar. De todos modos, para todas las civilizaciones que han intentado encontrar explicaciones a las inquietudes más apremiantes de la vida en la tierra, el origen del planeta es esencial.
La teoría del Big Bang y la explicación científica se imponen en nuestra época, y los mitos cosmológicos parecen haber quedado atrás, como una postal de una época y de un comportamiento que el hombre ha decidido abandonar.
Ejemplos de mitos cosmogónicos
- La Teogonía, de Hesíodo
- El Popol Vuh, la consolidación de toda la cosmogonía maya.
- El conjunto de las Teogonías Órficas, de Orfeo.
- El mito romano de la creación, con un hacedor del mundo.
- La cosmogonía japonesa, con la convocatoria de los dioses de dos criaturas divinas a la existencia.
- Un mito mesopotámico considera que el hombre nació como una planta.
- La cosmogonía Inca, que parte de una situación en la que existía un único dios para luego ir al politeísmo.
- El principio acuoso común de toda la mitología egipcia, donde solo existía el Nun y todo lo demás era silencio.
- La cosmogonía Nahuatl, con un dios único que tuvo cuatro hijos (Tezcatlipoca) a partir de los que se originó el mundo.
- El origen del mundo para los celtas, con una primera sustancia llamada Manred.
- El mito tibetano de la creación, con un cetro doble rayo llamado Dorje Gyatram fundacional.
- La cosmogonía azteca, dándole a los dioses dotes y sentimientos humanos.
- La interpretación mormona del mito del a Génesis, considerando que la realidad física es eterna y por lo tanto no tiene origen.
- El mito escandinavo de la creación, con una gran cantidad de dioses y un culto al Sol y a la Luna, muy influyente en Finlandia.
- La creación para los Yoruba, con un dios del cielo que pidió a sus hijos la creación de un nuevo reino.
- La explicación australiana con un período sobrenatural conocido como Alchera.
- La cosmogonía mapuche, ubicando el origen en un gran diluvio.
- El mito chino de la creación, como un reparto de las partes del organismo de P’an-Ku.
- El mito judeocristiano de la creación, presente en el libro bíblico de la Génesis.
- El ciclo cosmogónico tehuelche con un único ser que existió antes de la luz, el sol y la tierra: el Dios Kóoch.
- Ver además: Leyendas cortas
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