Los sistemas de policultivos son un tipo de agricultura que consiste en cultivar diferentes especies de plantas en una misma superficie de tierra, en una proximidad tan grande que se perciben las ventajas de estos cultivos simultáneos. Por ejemplo: cebolla con tomate, ajo con puerros, espinaca con repollo.
El policultivo es una herramienta de la agricultura en la que pueden complementarse cultivos anuales con otros anuales, anuales con perennes o entre cultivos perennes. De la misma forma, los componentes de un policultivo pueden sembrarse en la misma fecha o en diferentes fechas, con cosechas potencialmente simultáneas o por intervalos.
Cualquier combinación simultánea de procesos de agricultura se considera un policultivo. Sin embargo, de acuerdo a las implicancias en cada una de las siembras se clasifican de la siguiente manera:
- Policultivo amensalístico. El efecto es negativo para una especie y neutro para la otra.
- Policultivo comensalístico. El efecto es positivo para una especie y neutro para la otra.
- Policultivo monopolístico. El efecto es positivo para una especie y negativo para la otra. Aquí se analiza el efecto neto total para verificar la conveniencia del sistema.
- Policultivo inhibitorio. La interacción entre los cultivos genera efectos negativos para ambos. Estos policultivos son descartados para la siembra complementaria.
La investigación en policultivos se profundizó a partir del descubrimiento de muchas de sus ventajas.
Una de las principales razones que motivan la adopción de los policultivos es que con ellos se obtiene un mayor rendimiento del área de siembra: en los lugares donde las condiciones socioeconómicas están sujetas a la cantidad de tierra que se pueda desmalezar, las ventajas del policultivo son obvias.
En otro sentido, el policultivo cuenta con una ventaja espacial que es que se puede cuantificar en porcentaje, pues lo que se cosecha en una hectárea de un policultivo es igual a lo que puede cosecharse en la suma de dos cantidades de hectáreas de monocultivo: en la diferencia entre estos valores estará la ventaja espacial del policultivo, que puede oscilar entre un 20% y un 150%.
La variabilidad en la producción también tiene una ventaja en la medida en que se busca reducir al mínimo los riesgos de perder el total de la cosecha: esta es una de las razones por las que el uso de policultivos se extiende con mayor frecuencia en los países en vías de desarrollo.
La elección de un sistema de policultivo, sin embargo, no puede hacerse de cualquier forma. Deben tenerse en cuenta diferentes aristas de la agricultura, como son:
- La duración del ciclo vegetativo (de modo tal que se obtenga la ganancia del rendimiento total del sistema),
- El hábito de crecimiento (a fin de combinar portes altos con bajos),
- Las formas de las hojas (combinando hojas anchas con estrechas, a fin de dejar pasar luz),
- La eficiencia biológica (el uso eficiente de la tierra, mencionado con las equivalencias).
Muchos ingenieros agrónomos se dedican a estudiar los efectos de los sistemas de policultivos por sobre los insectos plagas, los agentes patógenos de las plantas y las malezas.
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Ejemplos de sistemas de policultivos
Los siguientes ejemplos sintetizan buenos casos policultivos, es decir asociaciones que resultan positivas para esta práctica de agricultura.
- Pastos forrajeros con maíz.
- Cebolla con tomate.
- Ajo con puerros.
- Col con apio.
- Yuca con tomate.
- Boniato, en simultáneo con girasol.
- Pastos con nueces y frutas.
- Pepino con lechuga.
- Espinaca con repollo.
- Zanahoria con puerro, también con cebollas.
- Tomate con puerro.
- Remolacha con cebolla.
- Pastos con leguminosas, para la producción de forraje.
- Leguminosas con cebada.
- Tomate con col.
- Frutillas con espinaca.
- Soja con un cultivo de trigo en crecimiento.
- Arvejas en combinación con granos pequeños.
- Leguminosas con trigo.
- Calabaza con maíz.
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