Las sustancias corrosivas son aquellas capaces de destruir o dañar de un modo irreversible aquellas superficies con las que entran en contacto. Por ejemplo: ácido sulfúrico, cloruro de zinc, hidróxido de potasio.
Las sustancias corrosivas son peligrosas para los seres vivos. Pueden causar irritación o quemaduras en los tejidos de la piel, los ojos, las vías respiratorias o los conductos gastrointestinales que bien podrían conducir a la muerte. A este tipo de daños se les conoce como quemaduras químicas.
Este tipo de materiales deben emplearse con los medios de protección apropiados: guantes, vestimenta, máscaras faciales. En los lugares o recipientes en que se depositen o se contengan los materiales corrosivos, se deberá (de acuerdo a regulaciones internacionales) marcar con etiquetas que tengan un ícono estándar que represente la corrosión.
Generalmente, las sustancias corrosivas poseen un pH extremo, esto es, sumamente ácido o básico, si bien pueden ser también sustancias altamente oxidantes o de otra naturaleza. En contacto con la materia orgánica, los ácidos catalizan la hidrólisis de lípidos o la desnaturalización de proteínas, que genera energía calórica y cuyo efecto conjunto conlleva a la destrucción irreparable del tejido. Las bases, en cambio, desecan la materia orgánica de forma extrema.
- Puede servirte: Sustancias tóxicas
Ejemplos de sustancias corrosivas
- Ácido clorhídrico. De fórmula HCl y conocido también como ácido muriático o aguafuerte, se puede obtener a partir de la reacción del cloruro de sodio (NaCl) con el ácido sulfúrico (H2SO4), o también producirlo durante la quema de ciertos plásticos. Es sumamente corrosivo y su disolución concentrada tiene un pH inferior a 1, por lo que se emplea como reactivo, disolvente industrial o como catalizador en la obtención de otras sustancias químicas.
- Ácido nítrico. De fórmula HNO3, es un líquido viscoso de uso común como reactivo en el laboratorio. Se utiliza para producir el trinitrotolueno (TNT) o diversos fertilizantes como el nitrato de amonio (NH4NO3). También se lo puede encontrar disuelto en la lluvia ácida, un conocido fenómeno medioambiental consecuencia de la polución de la humedad del aire.
- Ácido sulfúrico. Su fórmula es H2SO4 y es uno de los productos más elaborados del mundo ya que se emplea a menudo en la obtención de fertilizantes o para sintetizar ácidos, sulfatos o incluso en la industria petroquímica. También es útil en la industria de los aceros y en la fabricación de todo tipo de baterías.
- Ácido fórmico. Conocido como ácido metanoico y de fórmula CH2O2, es el más simple de los ácidos orgánicos, segregado a menudo por insectos como la hormiga roja (Formica rufa) o las abejas como mecanismo tóxico de defensa. También es producido por las ortigas, o puede encontrarse en la lluvia ácida por polución atmosférica. En pequeñas cantidades puede ocasionar irritaciones menores, pero a pesar de ser de origen natural es un ácido bastante fuerte.
- Ácido acético concentrado. También llamado ácido metilcarboxílico o ácido etanoico. Su fórmula química es C2H4O2, y es el ácido del vinagre, que le confiere su sabor y olor agrios característicos. Es también un ácido orgánico, como el fórmico, pero es sumamente débil, por lo que sus aplicaciones son variadas y no riesgosas. Aun así, en concentraciones muy altas podría resultar peligroso para la salud.
- Cloruro de zinc. El cloruro de zinc (ZnCl2) es un sólido más o menos blanco y cristalino muy soluble en agua, de amplias aplicaciones en la industria textil y como catalizador en laboratorio. No es particularmente tóxico, pero ante la presencia de agua reacciona exotérmicamente (incluso la que haya en el aire ambiental) y puede ser particularmente corrosivo, en especial ante la celulosa y la seda.
- Cloruro de aluminio. De fórmula AlCl3, se trata de un compuesto que tiene propiedades ácidas y básicas al mismo tiempo, dependiendo de en qué se lo diluya. Es un pobre conductor eléctrico cuando está fundido y tiene un punto de fusión y ebullición bajos. Se utiliza en procesos químicos como catalizador de reacciones, en la conservación de maderas o en el cracking del petróleo. La exposición a este compuesto es sumamente nociva para el cuerpo, ya que puede dejar secuelas permanentes en poco tiempo de exposición.
- Trifluoruro de boro. Su fórmula es BF3 y es un gas tóxico incoloro que forma nubes blancas en aire húmedo. Se emplea frecuentemente en laboratorio como ácido de Lewis y en la obtención de otros compuestos con boro. Es un corrosivo de metales muy fuerte, que en presencia de humedad puede corroer el acero inoxidable.
- Hidróxido de sodio. La soda cáustica o sosa cáustica, de fórmula NaOH, es una base muy desecante que existe como sólidos blancos cristalinos e inodoros, cuya disolución en agua o un ácido genera grandes cantidades de calor. Se emplea en porcentajes más o menos puros en la industria papelera, de los tejidos y de los detergentes, así como en la industria petrolera.
- Hidróxido de potasio. Conocido como potasa cáustica y de fórmula química KOH, es un compuesto inorgánico sumamente desecante, cuya corrosividad natural es aprovechada en aplicaciones como saponificador de grasas (en la obtención de jabón). Su disolución en agua es exotérmica, es decir, genera energía calórica.
- Hidruro de sodio. De fórmula NaH, es una sustancia muy poco soluble en solventes orgánicos, es de color transparente y se clasifica como una base fuerte ya que es capaz de desprotonizar diversos ácidos débiles. Además, es un poderoso desecante, almacena enormes cantidades de hidrógeno, es altamente cáustico y muy inflamable.
- Sulfato de dimetilo. En condiciones normales, este compuesto de fórmula química C2H6O4S es un líquido aceitoso e incoloro, con un ligero olor a cebolla, catalogado como un alquilante fuerte. Es altamente tóxico: carcinógeno, mutágeno, corrosivo y venenoso, por lo que su uso en procesos de metilación en laboratorio es normalmente reemplazado con otros reactivos más seguros. Además es peligroso para el medioambiente, por lo que a menudo se lo ha considerado como una probable arma química.
- Fenol (ácido carbólico). De fórmula química C6H6O y numerosos nombres alternativos, este compuesto en su forma pura es un sólido cristalino blanco o incoloro, que puede sintetizarse a partir de la oxidación del benceno. Es muy demandado en la industria de las resinas, así como en la fabricación de nylon, pero también como componente de fungicidas, antisépticos y desinfectantes. Es fácilmente inflamable y corrosivo.
- Cloruro de acetilo. También llamado cloruro de etanoilo, es un haluro derivado del ácido etanoico, que a presión y temperatura ambiente es incoloro. Es un compuesto inexistente en la naturaleza, ya que en presencia de agua se descompone en ácido etanoico (C2H4O2) y ácido clorhídrico (HCl). Es ampliamente utilizado como colorante, desinfectante, insecticida e incluso como anestésico a pesar de ser corrosivo por reacción.
- Hipoclorito de sodio. Conocido como lejía cuando es disuelto en agua, este compuesto de fórmula química NaClO es fuerte oxidante y reacciona con cloruros formando gases letalmente tóxicos de cloro (Cl2). Se utiliza como blanqueador, potabilizador de agua y desinfectante, pues en ciertas concentraciones tiene la capacidad de disolver la materia orgánica.
- Cloroformiato de bencilo. Es un líquido oleoso, de olor desagradable que puede ir de lo incoloro a lo amarillento y de fórmula química C8H7ClO2. Se puede obtener por la reacción del fosgeno con el alcohol bencílico. Es cancerígeno y altamente corrosivo, riesgoso para el ambiente y los animales acuáticos.
- Metales alcalinos elementales. Cualquier metal alcalino en su presentación más pura o elemental, como el litio (Li), sodio (Na), potasio (K), rubidio (Rb), cesio (Cs) y Francio (Fr), reacciona muy rápidamente con el oxígeno y el agua, por lo que nunca se los ve en la naturaleza en su estado elemental. En ambos casos reaccionan de manera violenta generando mucho calor, por lo que pueden ser irritantes o cáusticos y peligrosos para la salud.
- Pentóxido de difósforo. Conocido como óxido de fósforo (V) u óxido fosfórico, es un polvo blanco de fórmula molecular P2O5. Al ser extremadamente higroscópico (desecante), tiene propiedades altamente corrosivas y su contacto de cualquier tipo con el organismo debe ser evitado. Además, su disolución en agua produce un ácido fuerte que reacciona en presencia de metales y genera gases venenosos e inflamables.
- Óxido de calcio. Llamada cal viva y de fórmula química CaO, es una sustancia largamente empleada por la humanidad, que la ha obtenido de la roca caliza. Tiene aplicaciones en la construcción y la agricultura ya que no es tóxico ni corrosivo, pero al mezclarse con agua reacciona exotérmicamente, por lo que puede irritar las vías respiratorias, la piel o causar daño ocular grave.
- Amoníaco concentrado. Normalmente, el amoníaco, un gas incoloro de olor repulsivo compuesto por nitrógeno e hidrógeno (NH3), se produce en diversos procesos orgánicos que lo liberan al medio ambiente debido a su toxicidad. De hecho, está presente en la orina humana, y puede ser liberado al medioambiente en forma de anhídrido de amoníaco, que es muy dañino y tóxico.
Sigue con:
¿Te fue útil esta información?
Sí No¡Genial! gracias por visitarnos :)