La hipérbole es una figura retórica que consiste en exagerar la realidad para darle más fuerza expresiva al mensaje que se transmite. Por ejemplo: Casi me muero del susto.
Una hipérbole, entonces, supone el agrandamiento o la disminución excesiva de ciertos rasgos o magnitudes que se le atribuyen a un referente o una situación. El objetivo no es falsear la realidad o mentir, sino transmitir una apreciación subjetiva de una manera más estética o enfática, para producir determinado efecto o impresión en el interlocutor. Es por eso que las hipérboles no deben interpretarse de manera literal, sino en sentido figurado. Por ejemplo: Eres la mejor mamá del mundo.
Este recurso suele utilizarse no solo en poesía, sino también para generar humor o un sentido irónico, en los relatos y los diálogos de la vida cotidiana, en política y en publicidad, entre muchos otros ámbitos. Por ejemplo: Más rico, imposible. ¡No puedes dejar de probarlo!
- Puede servirte Exageración
Ejemplos de hipérboles (explicadas)
- Los niños se murieron de miedo en la obra de teatro. (Los niños sintieron mucho miedo en la obra de teatro).
- Tengo tanta hambre que me comería un restaurante entero. (Tengo mucha hambre).
- Este perrito es el más lindo de todo el mundo. (Este perrito me resulta hermoso).
- Te quiero hasta el infinito y más allá. (Te quiero mucho).
- La película es excelente, me morí de risa prácticamente todo el tiempo. (Me reí mucho durante toda la película).
- Tuve que dejar las cosas en la góndola porque había diez millones de personas en la fila de la caja. (La fila de la caja era muy larga).
- La presentación del libro fue todo un éxito, estaba todo el mundo. (Fueron muchas personas a la presentación del libro).
- Estaba muerto, se quedó dormido apenas llegó a casa. (Estaba muy cansado).
- Ese trámite ya lo hice un millón de veces. (Hice muchas veces ese trámite).
- Se presentó con una sonrisa de oreja a oreja. (Llegó muy contento o contenta).
- Esta mochila pesa una tonelada. (La mochila es demasiado pesada).
- Está muerta de ganas de ir a la fiesta. (Tiene muchísimas ganas de ir a la fiesta).
- Es una chica muy estudiosa, leyó todos los libros de la biblioteca de la escuela. (Leyó muchos de los libros de la biblioteca).
- Sentí que la película no terminaba más, duró años. (La película me resultó demasiado larga).
- La fila para sacar las entradas era eterna. (La fila para sacar las entradas era muy larga).
- Su tristeza no tiene fin. (Está muy triste).
- Estuve mil horas para encontrar el repuesto que necesitaba. (Me costó mucho tiempo encontrar el repuesto que necesitaba).
- Ese chico es el más simpático del mundo. (Ese chico es muy simpático).
- Mi hermano se comió la torta en un segundo. (Mi hermano se comió la torta muy rápido).
- Te dije mil veces que ordenes tu cuarto. (Te dije muchísimas veces que ordenes tu cuarto).
- Todo el planeta conoce a los Beatles. (Los Beatles son muy conocidos).
- Esta ciudad es increíble, los bares no cierran nunca. (La ciudad tiene mucho movimiento nocturno).
- Hizo tanto ruido cuando llegó que despertó a todo el barrio. (Hizo mucho ruido al llegar).
- Se cayó por la calle y todo el mundo se dio vuelta para mirarlo. (Muchas personas se dieron vuelta para mirar la caída).
- Ya me contaste cien veces esa historia. (Ya me contaste muchas veces esa historia).
- Mi tío es el mejor mago del mundo. (Mi tío es un excelente mago).
- Hace cien años que espero una respuesta. (Hace mucho tiempo que espero una respuesta).
- Me derrito del calor que hace. (Siento muchísimo calor).
- No hay nadie que no lo conozca. (Lo conocen muchas personas).
- Mi agradecimiento para con él es infinito. (Estoy muy agradecido o agradecida con él).
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Ejemplos de hipérboles en literatura
Hipérboles en poesía
Nada se compara a esa leyenda de semillas que deja tu presencia.
Vicente Huidobro, fragmento de “Canto III”
Es tan larga la primavera
que dura todo el invierno:
el tiempo perdió los zapatos:
un año tiene cuatro siglos.
Pablo Neruda, fragmento de “Demasiados nombres”
Los poetas se mueren de vergüenza,
ningún decreto los prohíbe,
ninguna radio los calumnia,
los poetas se mueren de vergüenza.
Juan Gelman, fragmento de “El facto y los poetas”
Si el día en que tú naciste,
bellísima, excelsa Elvira,
es ventura para todos,
¿por qué no lo será mía?
Sor Juana Inés de la Cruz, fragmento de “Si el día en que tú naciste”
Todo siempre es igual.
Cuando otra vez llamamos como ahora en el lejano muro:
todo siempre es igual.
Olga Orozco, fragmento de “Para Emiliano en su cielo”
Si lloviera esta noche, retiraríame
de aquí a mil años.
Mejor a cien no más.
Como si nada hubiese ocurrido, haría
la cuenta de que vengo todavía.
César Vallejo, fragmento de “Si lloviera esta noche, retiraríame”
Cuando canta me parece
el más sabio entre los sabios,
su figura se agiganta
como el roble en el verano,
su figura se agiganta
como el roble en el verano.
Violeta Parra, fragmento de “Como el roble en el verano”
Durante cien otoños he mirado
Tu tenue disco.
Durante cien otoños he mirado
Tu arco sobre las islas.
Durante cien otoños mis labios
No han sido menos silenciosos.
Jorge Luis Borges, fragmento de “Quince monedas”
Hoy nuestros cuerpos se hicieron extensos,
crecieron hasta el límite del mundo.
Pablo Neruda, fragmento de “8 de septiembre”
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Miguel Hernández, fragmento de “Elegía”
Hipérboles en narrativa
Fui sincero cuando escribí que aquella tierra me pareció la más hermosa que ojos humanos hubiesen visto.
Alejo Carpentier, El arpa y la sombra
Son infinitas mis conclusiones: mi abuela es la culpable; sin embargo, a veces rechazo la idea loca de que Toni sea don Toni, que la n se transformó en m y el hombre en niño.
Silvina Ocampo, “Cartas confidenciales”, en Los días de la noche
Una fiesta que marcaría época y quedaría en la memoria de todos los asistentes para siempre. La casa de los Álvarez-Calderón, en la esquina de 28 de Julio y La Paz, era la más linda de Miraflores y acaso del Perú.
Mario Vargas Llosa, Travesuras de la niña mala
Desde entonces empezaron unos días angustiosos, interminables.
Julio Ramón Ribeyro, “Los gallinazos sin plumas”, en Los gallinazos sin plumas
Yo no te conozco, vos venís acá y esta pobre gitana te dice todo, por un peso. Pero vos me mandás todos los amigos, porque te voy a acertar todo. Yo te digo el pasado, el presente y el futuro.
Manuel Puig, Boquitas pintadas
El Mississippi es un río de pecho ancho; es un infinito y oscuro hermano del Paraná, del Uruguay, del Amazonas y del Orinoco.
Jorge Luis Borges, “El atroz redentor Lazarus Morell”, en Historia universal de la infamia
Torpes y pretenciosos, hemos dejado pasar milenios sin responder las llamadas, sin preguntarnos de dónde venían, quiénes estaban del otro lado de esa línea que una columna trémula se hartó de mostrarnos en cualquier casa del mundo.
Julio Cortázar, “Cómo se pasa al lado”, en Un tal Lucas
Nuestros aplausos retumbaron en la soledad de la sala. Nosotros aplaudimos hasta despellejarnos las manos.
Eduardo Galeano, “La dignidad del arte”, en El libro de los abrazos
Ahora bien, para los caballos, aquello que acababan de hacer tenía todo el aspecto de una proeza. Del potrero aburridor a la libertad presente, había infinita distancia. Mas por infinita que fuera, los caballos pretendían prolongarla aún, y así (…) prosiguieron su aventura.
Horacio Quiroga, “La insolación”, en Cuentos de amor, de locura y de muerte
José Arcadio Buendía (…) conservaba su fuerza descomunal, que le permitía derribar un caballo agarrándolo por las orejas.
Gabriel García Márquez, Cien años de soledad
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