La composición química de la materia contiene capas de electrones; es decir que los átomos de los que todos los elementos están compuestos, contienen un núcleo rodeado por una serie de órbitas, cada una de las cuales cuenta con un número máximo de electrones.
La última de estas órbitas, es decir la que mayor distancia presenta con respecto al núcleo del átomo, puede tener una diferente cantidad de electrones: esto es lo que determina la capacidad que tendrá toda la sustancia de dejar pasar la electricidad, que es lo que cotidianamente se conoce como conducirla o aislarla.
El hecho de que la cantidad de electrones en la capa más externa sea alta explica que no dejen pasar electrones de otra sustancia que busca compartirlos, lo que representa la unidad mínima de aquello que se conoce como energía. Cuando dos átomos se ponen en contacto entre sí, esta condición es la que determina si habrá intercambio de electrones, que es lo que en el caso de que exista una corriente eléctrica produce el paso de la energía.
La energía eléctrica utilizada por este medio, es decir el aprovechamiento de la diferencia de potencial permitiendo establecer la corriente es algo que es fundamental para el ser humano, tanto que se han perfeccionado mucho las cuestiones ligadas a la generación, distribución y comercialización de esta energía tanto para su uso comercial como para el residencial.
La mayoría de los procesos de corriente eléctrica utilizan metales, pues está comprobado que son los mejores medios para el paso de la energía: de todos modos, el hidrógeno pertenece a la categoría de los no metales y constituye un gran conductor de la electricidad.
Sin embargo, el éxito del sistema de corriente eléctrica se produce en la medida que puede regularse, y que pueden incluirse materiales que limiten la corriente. Sucede que, por ejemplo, el cuerpo humano utiliza niveles de electricidad que cambia según la función corporal, pero que siempre es menor a los niveles eléctricos a los que funcionan una gran cantidad de máquinas.
De este modo, si el cuerpo (compuesto en gran medida por agua, un material conductor) entra en contacto con esta electricidad, según los niveles de potencia podrá ir desde la percepción de un cosquilleo o de calambres, hasta las quemaduras graves y la potencial muerte. En este sentido es que es muy frecuente que se utilicen materiales aislantes en aparatos que tienen una carga eléctrica muy fuerte.
Entre los materiales aislantes y los conductores, aparece una categoría aparte que es la de los semiconductores. Estos materiales tienen una conductividad eléctrica menor a la de un conductor metálico pero mayor a la de un buen aislante. Un ejemplo es el silicio.
- Ver además: Materiales superconductores
Ejemplos de materiales conductores
- Volframio
- Lantano
- Plata
- Aluminio
- Berilio
- Hidrógeno
- Sodio
- Cinc
- Cobre
- Oro
- Potasio
- Magnesio
- Rodio
- Iridio
- Grafito
Ejemplos de materiales aislantes
- Minerales
- Polietileno
- Cerámica
- Gomas
- Corcho
- Cuarzo
- Madera
- Silicato
- Arcilla
- Mylar
- Losa
- Plástico
- Poliestireno
- Teflón
- Vidrios
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