La función apelativa, también llamada conativa, es una de las seis funciones del lenguaje y se centra en el receptor de la comunicación, puesto que se utiliza cuando intentamos que el o los interlocutores reaccionen de alguna manera, ya sea con una respuesta o realizando una acción. Por ejemplo: Por favor, presten atención.
Esta función suele utilizarse para ordenar, exhortar, sugerir, pedir o preguntar cosas, tanto en el lenguaje coloquial como formal. Por ejemplo: ¿Me dirías la hora?
También es la función predominante al dar instrucciones, ya sean orales o escritas, como sucede con los reglamentos, las normativas o las recetas de cocina. Por ejemplo: Cocinar a fuego bajo durante media hora.
Además, la función apelativa suele estar presente en los medios masivos de comunicación, en aquellos géneros que buscan influir en la conducta del receptor, como la publicidad y la propaganda política e ideológica. Por ejemplo: ¡Compre ya!
- Puede servirte: Texto apelativo
Recursos lingüísticos de la función apelativa
Cuando prevalece la función apelativa del lenguaje, se utilizan algunos recursos lingüísticos característicos:
- Vocativos. Estas palabras sirven para llamar o nombrar a una persona cuando nos dirigimos a ella. Por ejemplo: Pablo, te pido que me escuches.
- Modo imperativo. Este modo gramatical se utiliza para expresar mandatos, órdenes, pedidos, sugerencias o ruegos. Para las formas negativas y la primera persona del plural, se usa el modo subjuntivo con el mismo sentido. Por ejemplo: ¡Comprométanse con esta causa!
- Infinitivos. Estas formas no conjugadas del verbo pueden servir para dar instrucciones o realizar prohibiciones. Por ejemplo: No estacionar.
- Oraciones interrogativas. Este tipo de oraciones requieren una respuesta, es decir, piden una acción por parte del receptor. Por ejemplo: ¿Estás de acuerdo?
- Segunda persona. Esta persona gramatical, tanto en singular como en plural, es la que suele usarse para conjugar los verbos, puesto que la función apelativa se centra en el receptor (tú, vos, usted/es, vosotros/as). Por ejemplo: Vengan conmigo.
- Palabras connotativas. Estas palabras utilizan el sentido figurado y pueden apelar deliberadamente a ciertos elementos afectivos. Por ejemplo: Si queremos pasar el examen, es hora de que nos pongamos las pilas.
- Adjetivos valorativos. Estos adjetivos aportan una valoración sobre el sustantivo al que se refieren, y se suelen usar como un recurso para generar algún tipo de impresión en el receptor. Por ejemplo: Compre dos excelentes productos a un precio especial.
Ejemplos de la función apelativa
- Cierre la puerta.
- ¿Quién de ustedes es Juan?
- No fumar.
- ¿Puede atenderme, por favor?
- ¡Lleve dos y pague uno!
- Vote al Partido Ecologista.
- Batir durante cinco minutos en velocidad máxima.
- Trae la bandeja.
- Ayuda a la señora, por favor.
- No deje pasar esta oportunidad única.
- Envíe su currículum indicando remuneración pretendida.
- Salgan con cuidado.
- Utilizar guantes descartables para aplicar la inyección.
- ¡Rápido!
- Niños, no hagan tanto ruido.
- ¡Mira eso!
- Martina, ven enseguida.
- ¿Podrías traerme una taza de café?
- Observe las imágenes y encuentre las cinco diferencias.
- ¿Hay agua en esa jarra?
- Mantener alejado de los niños.
- Utilizar el compartimento 1 para la lavandina.
- Con su compra participará del sorteo de fabulosos premios.
- Apaguen la luz antes de salir.
- No responda a esta dirección de correo electrónico.
- Escuchemos antes de hablar.
- Salgamos de una vez.
- Respóndeme lo que te pregunté, por favor.
- ¿Alguien me puede ayudar?
- ¡Cuidado!
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Otras funciones del lenguaje
Las funciones del lenguaje fueron postuladas por el lingüista ruso Roman Jakobson (1896-1982) y representan los diferentes propósitos con los que se utiliza la lengua durante la comunicación. Cada una de ellas prioriza un aspecto determinado de la situación comunicativa.
Además de la función apelativa, existen otras cinco funciones del lenguaje:
- Función referencial, representativa o informativa. Está centrada en el referente del mensaje y el contexto, y se usa para transmitir información concreta vinculada con la realidad objetiva. Por ejemplo: La turbina está averiada y el avión no podrá despegar.
- Función emotiva, expresiva o sintomática. Está centrada en el emisor y se utiliza para expresar sentimientos, emociones, estados físicos, sensaciones, deseos. Por ejemplo: ¡Me siento tan bien!
- Función poética o estética. Está centrada en el mensaje y su forma, y se utiliza para provocar un efecto estético, puesto que prioriza la manera en que se dice lo que se quiere transmitir. Por ejemplo: No hay mal que por bien no venga.
- Función fática o de contacto. Está centrada en el canal y se utiliza para establecer, prolongar o interrumpir una conversación. También sirve para corroborar si el canal es idóneo y posibilita el intercambio. Por ejemplo: Buenos días a todos y todas.
- Función metalingüística. Está centrada en el código y se utiliza para explicar algún aspecto del lenguaje mismo. Por ejemplo: ¿Qué significa la palabra empatía?
Sigue con:
- Emisor, receptor, mensaje, canal, código y situación
- Comunicación verbal y no verbal
- Comunicación lingüística y no lingüística
- Comunicación oral y escrita
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