Una oración se considera subjetiva cuando expresa una opinión o sentimiento, es decir, que en su formulación se manifiesta un punto de vista, y por lo tanto una subjetividad. Por ejemplo: La película era demasiado larga y muy aburrida.
Por el contrario, una oración se considera objetiva cuando no busca transmitir la postura del autor con respecto a un tema, sino que se propone brindar información neutral y objetiva sobre un tema. Por ejemplo: La película dura dos horas y media.
- Puede servirte: Tipos de oraciones
Oraciones subjetivas
La subjetividad implica determinadas preferencias, gustos, creencias y sentimientos, a partir de los cuales se elaboran diferentes juicios.
El carácter subjetivo de una oración puede observarse en la conjugación verbal (en primera persona) que denotan directamente un sujeto o a determinados adjetivos que, por ser positivos o negativos, connotan un punto de vista desde el cual se juzga un objeto, situación o acción. Por ejemplo: Esta casa me resulta muy acogedora.
- Adjetivos positivos. Denotan una opinión positiva. Por ejemplo: bueno, hermoso, verdadero, atractivo, simpático, divertido, agradable.
- Adjetivos negativos. Denotan una opinión negativa. Por ejemplo: feo, malo, dudoso, forzado, aburrido, excesivo, escaso.
- Ver además: Descripción subjetiva
Ejemplos de oraciones subjetivas
- No creo que lleguemos a tiempo.
- Laura me parece más bonita que Amalia.
- Me gusta levantarme temprano.
- Esta noticia no parece cierta.
- Está demasiado oscuro.
- Estás comiendo demasiado.
- Ese plato huele muy bien.
- Esa película es aburrida.
- Este lugar me resulta sospechoso.
- Los gatos me gustan mucho, pero los perros no tanto.
- Juan es muy atractivo.
- Parece que hubiéramos estado esperando durante horas.
- No existe nada más delicioso que el chocolate.
- Parece que viste un fantasma.
- No deberíamos gastar más dinero.
- Parece una falsificación.
- Hace un frío insoportable.
- Hace demasiado calor.
- Es un juego divertido.
- Este perfume es muy agradable.
- Estamos muy conformes con tu desempeño.
- Tu excusa me resulta muy sospechosa.
- Es demasiado alto para salir conmigo.
- Me resultan repugnantes las películas de guerra.
- Me encantaría volver a vivir en el campo.
Oraciones objetivas
Las oraciones objetivas no intentan transmitir opiniones de un sujeto sino informaciones concretas que se refieren a objetos. La intención es que esa información no sea modificada por apreciaciones personales.
Si bien el verbo de la oración puede estar en primera persona, las oraciones objetivas más características se construyen en tercera persona y, a veces, en voz pasiva. Por ejemplo: Los sospechosos fueron condenados a cuatro años de prisión.
- Ver además: Descripción objetiva
Ejemplos de oraciones objetivas
- Los poderes del Estado son el poder ejecutivo, el poder legislativo y el poder judicial.
- La semana tiene siete días.
- La leche contiene calcio.
- El local fue asaltado a medianoche.
- Todos los virus mutan a lo largo del tiempo.
- En la ciudad hay una temperatura de 27 grados.
- El limón es un cítrico.
- La mujer frunció el ceño.
- Los niños se asustaron al ver al payaso.
- El señor y la señora Rodríguez tienen cinco hijos.
- La ciudad fue fundada en 1870.
- Los clientes esperaron durante 20 minutos.
- Está prohibido fumar.
- El maquillaje social tiene como objetivo embellecer el rostro.
- La tarifa no incluye traslados.
- Los testigos afirman que la policía llegó después de los hechos.
- La tarea incluye diez ejercicios.
- La película dura una hora y cuarenta minutos.
- Usted consumió 1.800 calorías.
- Se comprobó que la escultura no era un original.
- La población actual de Buenos Aires alcanza los 2,9 millones de personas.
- La época de cosecha de higos es el otoño.
- Casi el 80% de los más de mil millones de fumadores que hay en el mundo viven en países de ingresos bajos o medios.
- Los homínidos son originarios de África, excepto el orangután que proviene de Asia (específicamente de Borneo y Sumatra).
- El primero en estudiar el magnetismo terrestre como característica de la Tierra fue Carl Friedrich von Gauss, en el siglo XIX.
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