20 Ejemplos de
Argumentos

Los argumentos son razonamientos a partir de los cuales se intenta demostrar la validez de lo que se afirma, y se sustentan siempre en un modelo lógico de razonamiento. Constituyen la parte fundamental de una argumentación.

Una argumentación es un texto oral o escrito cuyo objetivo principal es persuadir al receptor para que adhiera a un punto de vista o perspectiva determinado, o bien para que se convenza de que una idea es verdadera o falsa. Los argumentos contribuyen a este propósito, al aportar explicaciones coherentes y consistentes.

Para que una argumentación sea efectiva también es importante la habilidad retórica del enunciador, que puede sumar otros valores al argumento (seriedad, carga emotiva, etc.) para llegar con éxito a su destinatario.

Estructura de un argumento

Un argumento se divide en dos partes: premisa + conclusión.

La premisa es el conjunto de enunciados que expresan ideas consideradas verdaderas y sobre las que se sostiene el argumento. La conclusión es la idea derivada de la relación que se establece entre las premisas. Estas se vinculan a partir del razonamiento.

La conexión entre las premisas y la conclusión debe ser fuerte, lógica y evidente, puesto que de esa manera se logra un argumento indestructible. Por ejemplo:

  • Premisa 1. Una buena alimentación implica la ingesta diaria de frutas.
  • Premisa 2. Tú no comes habitualmente frutas o verduras.
  • Conclusión. Tú no te alimentas bien.

Tipos y ejemplos de argumentos

Hay diversos tipos de argumentos y pueden agruparse de distintas maneras, según distintos criterios:

De acuerdo al tipo de razonamiento. En lógica, la relación entre dos o más juicios permite determinar la veracidad o falsedad de una premisa. En este proceso racional, los argumentos pueden ser:

  • Argumentos deductivos. Son razonamientos acerca de una cuestión particular que se derivan de una o más generalizaciones. Por ejemplo: Si todos los seres vivos requieren oxígeno para sobrevivir, y el gato es un ser vivo, el gato necesita oxígeno para no morir.
  • Argumentos inductivos. Se deriva una generalización a partir de características observadas en casos particulares. Por ejemplo: Todas las aves observadas hasta el momento tienen pico y, por lo tanto, todas las aves tienen pico.
  • Argumentos abductivos. A partir de un evento particular se construye una hipótesis, es decir, las premisas que constituyen ese evento particular, derivarán en una conclusión determinada. Por ejemplo: El bloque que tiene Santi en sus manos es amarillo y todos los bloques que guardo en el baúl son amarillos; por lo tanto, Santi tomó el bloque del baúl.

De acuerdo al contenido de sus premisas. Algunos filósofos como Anthony Weston, Chaïm Perelman y Lucie Olbrechts-Tyteca, que abordaron en diversos trabajos la cuestión de la argumentación, ofrecen otro criterio de clasificación:

  • Argumentos de autoridad. Son razonamientos que se apoyan en citas, testimonios o experiencias de personas expertas en el tema sobre el que se está argumentando. Por ejemplo: De acuerdo a los expertos, comer dos porciones de frutas y dos de verduras diariamente asegura una dieta equilibrada.
  • Argumentos de hecho. Encuentran su justificación en pruebas verificables, obtenidas a partir de una investigación. Los datos comprobables vuelven irrefutable la argumentación. Por ejemplo: La superficie del océano Atlántico es 106.5 millones de m² y la superficie del océano Pacífico es 165.2 millones de m²; por lo tanto, este último es el más grande de los dos.
  • Argumentos de moralidad. Se sostienen de valores morales universales para justificar o sostener una idea, como la justicia, la igualdad, el amor, el respeto, la tolerancia, entre otros. Por ejemplo: Todas las personas tienen derecho a ser consideradas inocentes mientras no se pruebe su culpabilidad. Por lo tanto, al no haber pruebas fehacientes contra el acusado, se considera inocente.
  • Argumentos de tradición. Se defiende una idea apelando a los usos, costumbres o tradiciones de un lugar. Estos argumentos son fácilmente falsables y pueden derivar en conclusiones erradas, dado que hacer algo por costumbre no siempre es garantía de que ese comportamiento sea correcto o verdadero. Por ejemplo: Para mantener la higiene y evitar el ingreso de impurezas, es costumbre dejar el calzado en la puerta de casa. Mi padre me lo enseñó así y, por eso, sé que debo hacerlo.
  • Argumentos probabilísticos. Se apoyan en la probabilidad para defender una idea. Por ejemplo: La contaminación de las aguas es un problema grave: el 4 % de las reservas de agua subterráneas de nuestro planeta, fuente hídrica que abastece al 80 % de la población mundial, ya está contaminada.
  • Argumentos de experiencia personal. El argumento se sustenta en experiencias propias que sirven para apoyar la tesis que pretende defenderse. En este caso, interviene fuertemente la perspectiva individual y ese carácter subjetivo muchas veces lo vuelve débil y falsable. Por ejemplo: Yo puedo asegurar que es una excelente procesadora, pues la probé y funciona muy bien.
  • Argumentos estéticos. Apelan a la sensación de belleza o fealdad, de gusto o disgusto que algo provoca, para justificar una idea. Por ejemplo: No te acerques a ese bicho; es asqueroso, te puede hacer daño.

De acuerdo a la función que cumplen. Algunos argumentos se centran en la verificación de verdad o falsedad de una tesis mientras que otros buscan primordialmente persuadir, al apelar a la emoción o sentimientos del interlocutor.

  • Argumentos lógicos. Describen una idea o tesis como consecuencia lógica de una premisa. Pueden ser:
    • Argumentos de ejemplificación. A partir de una serie de casos, se recurre a una generalización para justificar una idea. Por ejemplo: La mayoría de los países desarrollados se encuentran en Europa, como Alemania, Países Bajos o Suiza.
    • Argumentos de generalización. Se llega a una conclusión a partir de eventos particulares que se toman como una generalidad. Por ejemplo: Cocinó una torta y se le quemó; las verduras las sirvió crudas y la crema se le cortó: creo que la cocina no es lo suyo.
    • Argumentos por analogía. Son explicaciones que extrapolan situaciones similares y se apoyan en los puntos que tienen en común para alcanzar una conclusión satisfactoria. Por ejemplo: Estoy segura de que la película me gustará, porque ya he visto otras de ese mismo director y me encantaron.
    • Argumentos de signos. Establecen relaciones causa-efecto. Por ejemplo: Aunque se crea que un niño es caprichoso, a veces es solo cansancio lo que provoca irritabilidad.
  • Argumentos afectivos. Se construyen a partir de ideas que apelan a las emociones de los interlocutores y buscan una respuesta emocional de su parte. Estos razonamientos se asientan en creencias comunes con las que se puedan identificar fácilmente. Por ejemplo: Cualquiera que haya sufrido la pérdida de un ser querido en un accidente de tránsito sabrá lo importante que es promover la conducción responsable.

De acuerdo al nivel de persuasión. El poder de persuasión de un argumento permite estimar su efectividad y la posibilidad de provocar contraargumentos que los refuten.

  • Argumentos pertinentes. Tienen relación directa con la idea que se busca defender. Ejemplos, comparaciones, analogías que representan esa idea, argumentos afectivos, de tradición, morales, entre otros, pertenecen a esta categoría. Por ejemplo: La crema de aquel laboratorio me generó alergia. Seguramente todos sus productos para la piel son de mala calidad.
  • Argumentos válidos. Además de pertinentes, poseen premisas que derivan directamente en una conclusión. En este grupo se incluyen los argumentos lógicos y las generalizaciones. Por ejemplo: Si mi gato tiene cuatro patas, todos los gatos tienen cuatro patas.
  • Argumentos irrefutables. Son aquellos que cumplen con los criterios de pertinencia y validez, y que están avalados por datos verificables. Se pueden comprobar y es improbable que sean falsados. En esta categoría entran especialmente los argumentos de hecho. Por ejemplo: El planeta del sistema solar más cercano al Sol es Mercurio.

Según su intención. Los argumentos pueden tener el propósito de justificar y defender una idea o bien, de contradecirla y cuestionarla.

  • Argumentos a favor. Apoyan la idea que se pretende imponer. Por ejemplo: Comer estas galletas para la merienda es la mejor opción porque tienen ingredientes nutritivos y cien por ciento naturales.
  • Contraargumentos. Intentan demostrar que otras premisas no son válidas o son falsables. Por ejemplo: Según este estudio geológico, que calcula la superficie terrestre a partir de varios experimentos, es imposible considerar que la Tierra es plana.

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Rabotnikof, Vanesa (25 de octubre de 2024). Argumentos. Enciclopedia de Ejemplos. Recuperado el 26 de noviembre de 2024 de https://www.ejemplos.co/argumentos/.

Sobre el autor

Autor: Vanesa Rabotnikof

Licenciatura en Letras (Universidad de Buenos Aires). Especialización en Edición (Universidad Nacional de La Plata).

Fecha de publicación: 29 de septiembre de 2021
Última edición: 25 de octubre de 2024

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