Los adjetivos son palabras que ofrecen alguna información sobre un sustantivo. Desde el punto de vista sintáctico, su función principal es la de atributos o modificadores directos de un nombre. Morfológicamente, concuerdan en género y número con el sustantivo que modifican. Por ejemplo: inmenso mar, primera clase, abrigos tuyos.
En literatura se pone el foco en los adjetivos descriptivos que caracterizan con mayor precisión o los que tienen una sonoridad particular que ayuda a realzar la intencionalidad de lo que se enuncia.
Asimismo, la ubicación del adjetivo calificativo respecto del sustantivo al que modifica puede tener injerencia en su significación. Cuando va antepuesto, destaca la cualidad, aunque en algunos casos esa posición puede cambiar el significado (por ejemplo: viejos amigos / amigos viejos).
Desde el punto de vista semántico (es decir, del significado) los adjetivos se clasifican en dos grandes grupos: adjetivos connotativos y no connotativos.
Adjetivos connotativos. Son aquellos que aportan información, tienen contenido y señalan alguna particularidad del sustantivo que acompañan. Pueden ser:
Adjetivos de un solo poseedor. Singular: mío, tuyo, suyo, mía, tuya, suya; mi, tu, su (delante del sustantivo). Plural: míos, tuyos, suyos, mías, tuyas, suyas; mis, tus, sus(delante del sustantivo).
Adjetivos de varios poseedores. Singular: nuestro, vuestro, suyo, nuestra, vuestra, suya. Plural: nuestros, vuestros, suyos, nuestras, vuestras, suyas.
Adjetivos demostrativos. Marcan la distancia que hay entre el hablante y el objeto, lugar o persona al que se refiere. Singular: este, ese, aquel, esta, esa, aquella. Plural: estos, esos, aquellos, estas, esas, aquellas.
Adjetivos indefinidos. Especifican el alcance del sustantivo, de manera aproximada. Por ejemplo: algún, ningún, cualquiera, todo, otra.
Adjetivos relativos. Transmiten pertenencia y suelen ubicarse delante del sustantivo que acompañan. Por ejemplo: cuyo, cuya, cuyas, cuyos, cuanta, cuanto, cuantas, cuantos.
Adjetivos gentilicios. Expresan el país o la región de origen. Se los incluye entre los no connotativos puesto que señalan, sin describir. No deben escribirse con mayúscula.
Adjetivos de país. Por ejemplo: argentino, francés, italiano, portugués.
Adjetivos de región o provincia. Por ejemplo: piamontés, provenzal, bretón.
Adjetivos de ciudad. Por ejemplo: londinense, romano, parisiense, florentino.
Grados de significación del adjetivo
Los adjetivos pueden usarse en tres grados de significación:
Positivos. Asignan una cualidad. Por ejemplo: Este perro es bueno.
Comparativos. Se compara una cualidad entre dos objetos que la poseen. Por ejemplo: Este perro es más bueno que el otro. Se forman con procedimientos sintácticos. Pueden ser:
De superioridad. Se aplica el giro más… que. Por ejemplo: Este pastel es más sabroso que el otro.
De igualdad. Se aplica el giro tan… como. Por ejemplo: Este pastel es tan sabroso como el otro.
De inferioridad. Se aplica el giro menos… que. Por ejemplo: Este pastel es menos sabroso que el otro.
Superlativos. Se eleva la cualidad a su más alto grado. Por ejemplo: Este perro es buenísimo. A su vez, pueden ser absolutos y relativos.
Absolutos
Se agrega la terminación -ísimo. Por ejemplo: dulcísimo, bellísimo, tristísimo.
Se antepone el adverbio muy. Por ejemplo: muy dulce, muy bello, muy triste.
Se anteponen otras palabras. Por ejemplo: extremadamente dulce, sumamente bello, inmensamente triste.
Relativos. Se usan las expresiones el más, el menos. Por ejemplo: Este río es el más ancho del mundo.
Algunas consideraciones a tener en cuenta:
Algunos adjetivos tienen superlativo propio. Por ejemplo: bueno/óptimo, malo/pésimo, grande/máximo, pequeño/mínimo, alto/supremo, bajo/ínfimo.
Algunos adjetivos forman comparativos propios de superioridad. Por ejemplo: grande/mayor, pequeño/menor, alto/superior, bajo/inferior, bueno/mejor, malo/peor.
Algunos superlativos absolutos se forman con la terminación -érrimo. Por ejemplo: acérrimo, celebérrimo, libérrimo, misérrimo, paupérrimo, salubérrimo.
Algunos superlativos absolutos se forman considerando el origen latino de las palabras. Por ejemplo: antiquísimo, bonísimo, certísimo, novísimo, sapientísimo, crudelísimo, fidelísimo, destrísimo, ternísimo.
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