El conocimiento empírico es aquel que se obtiene a través del uso de los sentidos y la experiencia directa del mundo. Se conoce también como conocimiento “vulgar” o “popular”, ya que todo el mundo puede ponerlo en práctica a través de la búsqueda y el reconocimiento de evidencia real que confirme o deniegue una hipótesis. Por ejemplo: el sol sale siempre por el este; las nubes negras anuncian lluvia venidera.
Los pilares fundamentales del conocimiento empírico son la observación y la experimentación, es decir, la percepción directa de la realidad. Esto significa que es una forma de conocimiento racional, práctico, pero particular, pues dos personas pueden percibir un mismo fenómeno e interpretarlo de maneras enteramente distintas, dependiendo de su formación y sus conocimientos previos.
Por eso, si bien la ciencia utiliza métodos empíricos para comprobar sus hipótesis y razonamientos teóricos, el conocimiento empírico no debe confundirse con el conocimiento científico. La utilidad del conocimiento empírico apunta más a lo cotidiano, o sea, a la capacidad de predecir ciertos aspectos de la realidad y poder desempeñarse mejor en ella. Por ejemplo: cuando los niños tocan por primera vez el fuego y se queman, la experiencia del dolor les enseña, empíricamente, a tener más cuidado la próxima vez.
Características del conocimiento empírico
El conocimiento empírico se caracteriza por lo siguiente:
- Se basa en la observación y la experiencia. Para formular este tipo de conocimiento, se recurre a la percepción de la realidad, esto es, a captarla por medio de los sentidos y a realizar experimentos para comprobar directamente sus fenómenos. Por lo tanto, tiene que ver con lo que ocurre: es práctico y fáctico.
- Carece de método y de sistematización. Cuando no está acompañado de un método de análisis (como ocurre con el método científico), el conocimiento empírico es contingente, o sea, difícil de comprobar más allá de los sentidos. Por eso, en ocasiones puede fallar o conducir a errores, pues lo percibido puede interpretarse erróneamente o puede haber elementos cruciales que no se logran percibir.
- Tiende a lo particular en vez de a lo universal. Dado que depende de casos concretos de observación de lo real, el conocimiento empírico no es una buena fuente de saberes universales. Lo que ocurrió en un caso determinado no siempre se puede extrapolar a todos los casos posibles sin considerar las circunstancias.
- No siempre requiere de saberes previos. El ser humano formula conocimientos empíricos desde sus primeras etapas de vida, ya que se trata de una forma inmediata de aprendizaje que no siempre requiere de una preparación o formación teórica. Por ejemplo: para entender que las cosas caen por su peso, basta con soltarlas a cierta altura del suelo.
Ejemplos de conocimiento empírico
- Cuando se juntan nubes de color oscuro, lo más probable es que esté por llover.
- La adquisición de la lengua materna se produce por observación y repetición, sin necesidad de conocer la teoría.
- Los remedios caseros se sustentan en la observación de las experiencias exitosas, sin por eso entender cómo actúan sobre la salud.
- Un niño que interactúa con el fuego por primera vez acerca su mano y, al quemarse, aprende que el fuego es fuente de peligro.
- Mucha gente puede deducir las horas del día a partir de la ubicación del sol en el firmamento.
- Los empresarios experimentados saben cuánto tiempo dejar un producto en el mercado hasta llegar a su punto máximo de ventas, sin necesidad de hacer investigaciones previas ni acudir a estadísticas.
- Los pescadores de altamar conocen el lugar en el que se concentran los peces, aunque carezcan de una elaboración teórica que lo sustente.
- Cuando un bebé aprende a caminar, lo hace a través de un conocimiento empírico: ensaya muchas maneras, hasta que identifica la que le da el mejor resultado.
- Un cazador experimentado observa las huellas de un animal desconocido y puede deducir más o menos su tamaño.
- Un hombre en la selva observa cuáles frutos picotean los pájaros y cuáles no, y así sabe cuáles probablemente sean venenosos.
- Una persona aprende a jugar un deporte a través de la práctica y la observación, y no mediante el estudio de las reglas y la historia del juego.
- Al arrojar una pelota al aire, un niño entiende que todo lo que sube baja nuevamente.
- La observación del horizonte puede convencer a una persona de que el mundo es una gran planicie, cuando en verdad su forma redonda es imperceptible a simple vista.
- A través de la mordedura de un perro, un joven aprende a ser cauteloso con los animales desconocidos.
- Los jóvenes aprenden a utilizar un aparato nuevo sin leer las instrucciones, simplemente usándolo y viendo cómo opera.
Diferencias entre conocimiento empírico y conocimiento científico
Si bien el empirismo forma parte de las herramientas con las que se construye el conocimiento científico, ya que este realiza sus comprobaciones y verificaciones de manera experimental, se trata en principio de dos formas muy distintas de saber. Sus diferencias pueden resumirse en el siguiente cuadro:
Conocimiento empírico | Conocimiento científico |
---|---|
Parte de una hipótesis y la comprueba directamente observando la realidad. | Parte de una hipótesis y de un modelo teórico de la realidad. |
Se basa en la percepción e interpretación de la realidad, es decir, de la experiencia. | Se basa en la percepción, análisis, interpretación, formulación y verificación empírica de una teoría. |
Arroja conclusiones particulares, contingentes y a menudo subjetivas. | Arroja conclusiones universales y objetivas, replicables por terceros. |
Carece de método y sistema para formularse. | Se formula siguiendo los pasos establecidos en el método científico. |
Por ejemplo: Cuando se la observa desde una elevación, la Tierra parece ser plana, por lo tanto debe serlo. | Por ejemplo: Midiendo la sombra de un obelisco al mismo tiempo en dos ciudades y conociendo la distancia que las separa, puede calcularse la circunferencia de la Tierra, y probar así que es redonda. |
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Referencias
- Villoro, L. (1996). Creer, saber, conocer. Siglo XXI.
- Reza Becerril, F. (1997). Ciencia, metodología e investigación. Pearson Educación.
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