La descripción coloquial es una herramienta del discurso en la que el hablante expone una información acerca de una determinada cosa (objeto, lugar, situación, idea, persona, animal) a través de un lenguaje cotidiano o de uso común. Se diferencia de otros tipos de discurso, como la descripción científica o la literaria, porque no persigue la meta de la precisión de los datos, ni utiliza adornos estilísticos. Por ejemplo: Mi prima Patricia es bastante parlanchina, pero tres de diez cosas que cuenta son interesantes.
Este tipo de descripción es propia de una conversación íntima e informal entre personas que se conocen y tienen un vínculo cercano y de confianza. Cabe destacar que fuera de ese ámbito, por ejemplo en situaciones formales, académicas o de prestigio, utilizar este tipo de descripción en registro coloquial podría tener un efecto negativo.
- Ver además: Lenguaje coloquial
Características de descripción coloquial
Una descripción coloquial tiene las siguientes cualidades:
- Oralidad. Surge, por lo general, en situaciones del habla cotidiana, ya que no suele tener como fin su difusión de forma escrita, a excepción de su aparición en los diálogos de una obra literaria.
- Improvisación. Es una manifestación diaria, informal y poco cuidadosa del idioma, en la que abundan los modismos, barbarismos, neologismos y vulgarismos, estos últimos entendidos como groserías.
- Inexactitud. Posee vacilaciones fonéticas y suele usar variaciones lingüísticas. Puede presentar inexactitud también frente a las normas de la gramática, permitir la redundancia, la repetición, la digresión y la elipsis.
- Espontaneidad. Es improvisada, descontracturada y puede incurrir en imperfecciones.
- Expresividad. Utiliza interjecciones, comparaciones y tiene atributos afectivos, así como también expresiones exclamativas e interrogativas.
Ejemplos de descripción coloquial
- Mi mamá es profe de inglés y da lecciones que son una joyita porque usa un método superinovador para que los alumnos incorporen mucho vocabulario por clase.
- Le describí al doctor que me dolía el costado del cuerpo, tenía unas puntadas en el estómago y me costaba enderezar la postura.
- Vera tiene los dientes chuecos.
- ¿Viste qué viejo que parece Simón con ese pelo entrecano?
- La playa tenía un montón de vidrios rotos y basura, y el agua parecía una cloaca de lo sucia que se veía.
- ¡La comida que me sirvieron en el restobar de la esquina estaba más sosa!
- El pelaje de mi perrito Bruto es como oscuro y con manchas blancas.
- Aquel niño tenía las piernas flacuchas y largas como las de los flamencos.
- Nuestro día estuvo genial: a la mañana, visitamos un pueblo rechico, con pocos habitantes, que tenía galerías al aire libre y, a la tarde, nos tocó la suerte de que nos regalaran una cena frente al río para todo el contingente.
- ¡Anoche Renata tenía una cara!
- Marta y Guillermo son uña y mugre: van a todos lados pegoteados.
- Las cervezas estaban todas amontonadas en un rincón y las telarañas abundaban por todo el cuarto.
- La Milly se pasó con la comida que hizo: ¡estaba para chuparse los dedos!
- Mi amiga de la facu habla hasta por los codos y suele hacer audios de más de cinco minutos, que escucho mientras lavo la vajilla.
- Me compré un reloj supercool que, a cada hora, me dice la hora y me recuerda todas las tareas que nos da la seño.
- Esta bandeja es pequeñísima, es más inútil que cenicero de moto.
- Para mi compañero, el examen de matemáticas fue pan comido, pero para mí no.
- La mesa del comedor estaba toda desvencijada, por eso la labor que tuvo el herrero no fue para nada sencilla.
- ¡No sabes lo aburrida que estuvo la obra de teatro que protagoniza el actorcito ese que le gusta a Roberta!
- El dibujo de Agustinita tenía de todo: una nena con un globo colorado en la mano, un lago con peces regordetes y un perro un poco descuajeringado.
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