El vocativo es un elemento del discurso que sirve para que el hablante atraiga la atención del receptor o de los receptores de su mensaje. De ese modo, lo enunciado queda específicamente dirigido a alguien. Por ejemplo: Siéntese, señor.
El vocativo cumple de modo expreso la función apelativa: invoca, llama o nombra a una persona o a varias personas presentes en el acto comunicativo.
Esa manera de nombrar no es fija: lo más común es que sea a través de la mención de su nombre de pila, o nombre y apellido (si se quiere ser más preciso). Pero también puede ser un término que designe una profesión o título, una posición laboral dentro de una institución pública o privada, una categoría de familiar, o incluso un apodo, un hipocorístico o un adjetivo que tácitamente lo identifique en ese contexto.
Aunque usualmente se recurre a adjetivos afectuosos y a la vez respetuosos, hay que tener cierto cuidado, porque en las diferentes culturas esto puede variar.
- Ver además: Funciones del lenguaje
Ejemplos de vocativos
- Marta, cerrá bien la puerta antes de irte.
- Hoy es un día muy especial, queridos alumnos.
- Estoy preocupada, doctor. Lleva varios días con fiebre.
- Y es por eso que les digo, amigos, que me siento muy gratificado.
- ¿Hoy nos toma examen, profe?
- ¡Sultán, acá está el platito con tu comida!
- ¡Hola, Tere! ¡Qué delgada estás!
- Pasa por acá, hermosa. Comenzaremos por el corte de pelo.
- Y eso es todo, muchachos.
- A ver, flaco, mostranos lo que tenés para vender…
- ¡No lo puede creer, Mechi, se te dio por fin!
- Compañeros, debemos estar hoy más unidos que nunca.
- Pero, doña, no toque todas las manzanas…
- Te lo dije varias veces, Juan Gabriel, tenemos que darle a este tema un corte.
- Siento haberla interrumpido, Leiva, pero estoy apuradísimo con ese informe.
- Dale, gorda, venite conmigo…
- Chicos, ¿no quieren jugar un picadito ahora que ya no hace tanto calor?
- No digas tonterías, Claudia, sabes que no me voy de esta oficina por eso
- Abuela, en un rato salimos a hacer los mandados.
- A ver, querido, si te ponés las pilas y empezás a limpiar esto…
El vocativo en la oración
Desde el punto de vista sintáctico, el vocativo se considera un elemento periférico de la oración. Esto significa que se lo debe aislar del resto de la oración mediante comas. Si aparece al principio o al final de la oración, exige solo la coma de cierre o de apertura, respectivamente. Si aparece en medio de la frase quedará encerrado entre dos comas.
Aunque la ubicación del vocativo (al principio, en medio o al final de la frase) no es relevante en lo gramatical, algunos lingüistas consideran que existe un matiz expresivo diferente en cada caso.
Su colocación al principio casi siempre tiene el simple propósito de llamar la atención de la persona a quien va dirigido el discurso, por eso es típico de los discursos públicos, por ejemplo, de políticos.
Cuando está ubicado en una parte cualquiera de la oración o a su cierre, en general se percibe más bien como un recurso enfático o retórico, para reforzar la expresión de lo que se dice o para dar un rápido momento de relajación a quienes escuchan respecto de lo que se dice. En intercambios informales entre amigos o parientes, el vocativo a menudo refleja cariño o confianza.
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