Las cacofonías son expresiones que si bien sintáctica y gramaticalmente cumplen con todos los requisitos que el idioma exige, generan disonancias durante la pronunciación y eso se debe a la cercanía de sílabas semejantes o idénticas. Por ejemplo: Parece que aparece.
El código escrito y el código oral son las dos formas a partir de las cuales se realiza el circuito de la comunicación, que se sustenta en el lenguaje como herramienta común para que se entiendan dos o más individuos. Existen muchas coincidencias entre estos dos códigos, pero sin duda la cacofonía es es fuente de conflicto.
Se trata de un vicio del lenguaje fácilmente detectable a través de la lectura en voz alta de algo escrito, y evitable en la mayoría de los casos mediante el uso de sinónimos o paráfrasis.
- Ver además: Vicios de dicción
Ejemplos de cacofonías
- Parece que aparece.
- Se comportó atentamente, sigilosamente y tranquilamente.
- «Sale», le dije.
- Tomando té te mejorarás.
- Yo puedo ir a la pileta, pero mi amigo no nada nada.
- Como poco coco.
- Trabaja de traer trípodes.
- Yo lo coloco mientras tu esperas aquí.
- Firme la forma solicitada.
- Hizo caso omiso.
- Mientras, tras de cámara pasaban cosas.
- Me pregunto qué difundo, qué defiendo.
- Cada caja encaja perfectamente.
- Cuando cayó, yo ya había llegado.
- Quieres que te quiera como tú quieres.
- La crisis petrolera, financiera y estanciera es muy fuerte.
- Para la parábola.
- Laura llama a Ana.
- Es una historia de histeria.
- Pide permiso para partir.
Características de la cacofonía
- No existe una regla concreta respecto de la cantidad de vocales iguales que se necesita para que se produzca una cacofonía, ni tampoco a las combinaciones de consonantes cuya pronunciación va a resultar conflictiva.
- En algunos casos, las oraciones del discurso indirecto obligan a repeticiones que generan cacofonías. Por ejemplo: El amigo le dijo que qué más daba. Se repite el que y se produce una cacofonía, en este caso solo pasando a la cita textual se evitaría este problema: Le dijo: «¿Qué más da?»
- Los cultores de la buena prosa sugieren evitar las cacofonías con el fin de volver más amena la lectura, pues consideran que aun cuando se hace una lectura “silenciosa” de un texto, (solo visual), el lector permanentemente evoca en su mente los significantes, es decir, los sonidos de las palabras y no le resulta grato encontrarse con sonidos que se repiten y desarmonizan.
La cacofonía en las poesías
En la poesía adquiere mayor importancia evitar las cacofonías, pues allí cada palabra tiene un valor especial en sí mismo y en relación con las demás, y la sonoridad y musicalidad juega un papel destacado.
Recordemos que la poesía “juega” con las palabras y los sonidos: a menudo se repiten palabras o terminaciones de palabras (las llamadas “rimas”), pero en esos casos hay un valor positivo buscado en la repetición.
Literatura infantil y cacofonía
Las cacofonías han encontrado un terreno fértil en la literatura infantil y hasta se han transformado en un recurso didáctico para educadores.
Los famosos trabalenguas, que tienen alto nivel de cacofonía, se transforman en desafíos de la pronunciación.
Algunos trabalenguas como Tres tristes tigres tragan trigo en un trigal son muy populares y pasan como un juego de generación en generación, probando el desafío lúdico que plantean las cacofonías.
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