La Revolución mexicana fue un conflicto armado iniciado en 1910 y culminado en 1920, que representó el evento social y político más significativo del siglo XX mexicano. Se trató de una serie de sublevaciones armadas en contra de la dictadura de Porfirio Díaz y, posteriormente, de los gobiernos que lo sucedieron.
Durante el inicio del conflicto, se enfrentaron las tropas leales al gobierno dictatorial de Porfirio Díaz, quien gobernaba el país desde 1876, y los sublevados encabezados por Francisco I. Madero, quienes iniciaron un movimiento revolucionario que buscaba recuperar la república. A través del Plan de San Luis de 1910, los revolucionarios avanzaron hacia el norte mexicano desde San Antonio, Texas, y motivaron otras insurrecciones en distintas partes de México.
En 1911, Díaz renunció, se realizaron comicios electorales y Madero fue elegido presidente. Pero sus discrepancias con otros líderes revolucionarios, como Pascual Orozco y Emiliano Zapata, ocasionaron el levantamiento de sus antiguos aliados en su contra. La oportunidad fue aprovechada por un conjunto de militares, quienes encabezados por Félix Díaz, Bernardo Reyes y Victoriano Huerta, dieron un golpe de Estado, conocido como “Decena Trágica”, y asesinaron al presidente, a su hermano y al vicepresidente. Así, Huerta asumió la presidencia del país.
No tardaron en reaccionar otros líderes revolucionarios, como Venustiano Carranza o Francisco “Pancho” Villa, quienes combatieron al gobierno de facto hasta la renuncia de Huerta en 1914, tras la invasión estadounidense de Veracruz. Sin embargo, lejos de alcanzarse la paz, comenzaron los conflictos entre las diversas facciones que habían depuesto a Huerta. Por esta razón, Carranza convocó a la Convención de Aguascalientes para unificar las fuerzas. Sin embargo, cuando la convención designó presidente a Eulalio Gutiérrez, Carranza desconoció el nombramiento, y las hostilidades se reanudaron.
Finalmente, se dieron los pasos que permitieron promulgar una nueva constitución del país en 1917, y elegir a Carranza como presidente constitucional. Pero las luchas internas continuaron algunos años más, durante los cuales fueron asesinados algunos líderes revolucionarios: Zapata en 1919, Carranza en 1920, Villa en 1923 y Álvaro Obregón en 1928.
En general, se acepta que la revolución terminó en 1920, cuando asumieron el gobierno Adolfo de la Huerta y, luego, Álvaro Obregón. En ese momento, comenzó la historia democrática del país.
Causas de la Revolución mexicana
- Crisis del Porfiriato. El general Porfirio Díaz había gobernado México durante treinta y cuatro años, durante los cuales la expansión económica se combinó con un régimen dictatorial y el malestar de las clases menos favorecidas. Esto desencadenó una crisis social, política, económica y cultural, que avivó a sus opositores y le restó legitimidad a su gobierno. Cuando Díaz anunció que se postularía a una nueva reelección, encarceló a su principal opositor y se declaró victorioso, las facciones descontentas decidieron que había llegado el momento de forzar un cambio en el país.
- Situación de los campesinos. En un país con un 80 % de población rural, las leyes y prácticas sociales y económicas imperantes favorecían a los grandes latifundistas. El campesinado y las comunidades indígenas vivían empobrecidos, endeudados, despojados de tierras y privados del acceso a tierras comunales. Su situación era tan penosa que el periodista estadounidense John K. Turner, en unos artículos de 1909 recopilados en su libro México bárbaro, pudo prever que pronto estallaría un alzamiento de los oprimidos.
- Descrédito del positivismo porfirista. El pensamiento positivista de las clases dirigentes, que sostenía que el conocimiento científico aplicado a la administración del Estado conduciría al progreso social, entró en crisis a principios del siglo XX. A medida que las mayorías mestizas reclamaban mayor participación en las decisiones de la nación, perdió legitimidad la élite intelectual porfirista, conocida como “los científicos”, que defendía ideas socialdarwinistas como la superioridad de la “raza” europea por sobre las “razas” indígenas.
- Esfuerzos antirreeleccionistas de Madero. Las diversas giras realizadas por Madero para esparcir las ideas antiporfiristas a lo largo de la nación tuvieron tal éxito que este fue acusado por el gobierno de incitar a la rebelión y sentenciado a la cárcel. Luego fue puesto en libertad, pero sin derecho a abandonar el país. Cuando Porfirio Díaz fue declarado reelecto en las elecciones presidenciales, Madero huyó a Texas, Estados Unidos, desde donde planeó la insurrección que desencadenó la revolución.
- Crisis internacional de 1907. La crisis financiera que estalló en Estados Unidos y se propagó a Europa condujo a una disminución drástica de los créditos industriales, a una reducción de las exportaciones mexicanas y al encarecimiento de las importaciones. Esta situación provocó un aumento del desempleo que coincidió con una sequía que afectó al campo el año siguiente, lo que acentuó el malestar del pueblo mexicano.
Consecuencias de la Revolución mexicana
- Más de un millón de muertos. No se cuenta con una cifra exacta del número de fallecidos durante la Revolución mexicana, pero se estima que osciló entre uno y dos millones de personas. Si además se cuentan la emigración a otros países, la hambruna, la disminución de la natalidad y la pandemia de “gripe española” de 1918, se estima que 3,4 millones de personas vieron sus vidas afectadas durante este período de la historia mexicana.
- Nacimiento del burócrata. Debido a los sustanciales cambios sociales y políticos de la revolución, las clases medias ingresaron al Estado para ocupar cargos burocráticos y administrativos. El Ejército también abrió su sistema, captó personal de las clases medias y bajas, y distribuyó grados.
- Migración urbana. Un amplio porcentaje de la población rural, tanto terrateniente como campesina, migró a las ciudades, en gran medida para escapar del desorden y la violencia que se vivían en el campo. Esto incrementó el nivel de vida de las ciudades, pero ocasionó en ellas una profunda desigualdad social.
- Reforma agraria. La Constitución de 1917 consagró uno de los cambios más significativos de la revolución: la reforma agraria. Esta permitió a muchos campesinos poseer tierras y creó una nueva clase de ejidatarios, es decir, propietarios o usufructuarios de un ejido. Sin embargo, esta situación no mejoró demasiado su calidad de vida y muchos aún preferían trabajar en grandes haciendas o emigrar a Estados Unidos.
- Impacto artístico y literario. Muchos artistas y escritores mexicanos retrataron en sus obras lo ocurrido entre 1910 y 1920, y le dieron un impulso tanto a la creación artística como al sentimiento de identidad nacional. Algunos de estos autores fueron Mariano Azuela (sobre todo, por su novela Los de abajo,de 1916), José Vasconcelos, Rafael F. Muñoz, José Rubén Romero, Nellie Campobello y Martín Luis Guzmán, entre otros. Así nació el género llamado “novela revolucionaria”. Algo similar ocurrió con la pintura, la fotografía y el cine.
- Auge de los corridos. Durante el período revolucionario, cobró mucha fuerza el corrido, una expresión musical heredada del antiguo romance español. Se trataba de cantos populares en los que se narraban hechos épicos de la revolución o se contaba la vida de líderes populares como Pancho Villa o Emiliano Zapata. A través de ellos, también adquirió notoriedad la figura de la “adelita”, es decir, la soldadera comprometida con el campo de batalla.
- Visibilización militar de la mujer. Muchas mujeres participaron activamente en el conflicto bélico, algunas como compañeras y otras como combatientes que alcanzaron grados de coronel, teniente o capitán. A menudo llamadas “adelitas”, dejaron una valiosa impronta en la manera de pensar a la mujer durante la época. Entre ellas, se destacaron algunas como Margarita Neri, Rosa Bobadilla, Juana Ramona, Petra Herrera, Carmen Parra y María de Jesús de la Rosa.
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