Los diminutivos son sufijos que se le agrega a las palabras para indicar y denotar condición de pequeño. Así surge una nueva palabra (agregando el sufijo) asociada a la que le dio origen, pero con un nuevo matiz, por ejemplo: niñito, hombrecillo, flaquita.
El diminutivo puede estar expresando la propiedad de «pequeño» en términos de tamaño físico objetivo, aunque también se emplea frecuentemente para denotar apego o cariño, o bien para suavizar o matizar una expresión cualquiera, casi como una fórmula de cortesía.
Existen diminutivos de la lengua general y también hay algunos que circulan en ámbitos más localizados: esto ocurre porque los diminutivos no conforman un grupo demasiado estructurado por el idioma, sino que más bien surgen y se transmiten en la oralidad, en situaciones de familiaridad.
Los diminutivos se utilizan en general dentro de registros muy informales: es raro que aparezcan en una publicación de carácter científico o en un alegato jurídico o en una situación comunicativa que pretenda ser seria y formal.
Si fuera muy necesario expresar la condición de pequeño de algo en un código formal, lo común es recurrir al sustantivo seguido de un adjetivo como ‘pequeño’ o ‘chico’, los que a su vez pueden ser enfatizados anteponiendo el adverbio ‘muy’.
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Ejemplos de diminutivos
Aquí se lista una serie de diminutivos, seguidos de una palabra en la que se los ve aplicados:
- Ito. Por ejemplo: caminito, barquito, chiquito.
- Ita. Por ejemplo: flaquita, mesita, musiquita.
- Cito. Por ejemplo: trencito, botecito, pedacito.
- Cita. Por ejemplo: cabecita, pobrecita, pancita.
- Eta. Por ejemplo: pebeta, pizzeta, plazoleta.
- Ete. Por ejemplo: mozalbete, pebete, viejete.
- Uelo. Por ejempo: chicuelo, locuelo, pañuelo.
- Uela. Por ejemplo: mujerzuela, callejuela, plazuela.
- Ín. Por ejemplo: pelín, piolín, poquitín.
- Ina. Por ejemplo: chiquilina, pequeñina, chiquitina.
- Illo. Por ejemplo: chiquillo, nudillo, banquillo.
- Illa. Por ejemplo: trampilla, ventanilla, cartilla.
- Ecillo. Por ejemplo: hombrecillo, panecillo.
- Ecilla. Por ejemplo: cieguecilla, manecilla.
- Ico. Por ejemplo: mocico, perrico, bonico.
- Ica. Por ejemplo: libretica, patica,
- Ejo. Por ejemplo: tipejo.
- Eja. Por ejemplo: calleja, canaleja.
- Ucho. Por ejemplo: flacucho, pueblucho.
- Ucha. Por ejemplo: carucha, casucha.
- Más ejemplos en: Diminutivos con -cito y -cita
Características de los diminutivos
- Cuando los diminutivos son utilizados en palabras que no se espera que puedan tener el atributo de la pequeñez, surge una suerte de contrasentido cuyo efecto directo es la minimización, es decir, se perciben como que se le está restando la importancia al término. Por ejemplo, decir problemita o dolorcito se percibe como cuestiones no tan graves.
- Algunos sufijos pueden funcionar como diminutivos otorgando cierto matiz despectivo. Por ejemplo: animalejo.
- En algunos países de Centroamérica y el norte de Sudamérica, la palabra ahorita, diminutivo del adverbio de tiempo ‘ahora’, adquiere el significado de ‘enseguida’, más que de ‘en este momento’.
- Existen algunas palabras que aparecieron como diminutivos de otros términos, pero con el tiempo fueron lexicalizados y adquirieron significados propios. Por ejemplo: pañuelo (diminutivo de «paño») o toallita (diminutivo de «toalla») o perilla (diminutivo de «pera»).
- El antónimo de diminutivo es aumentativo. En este caso, el sufijo otorga mayor tamaño o magnitud a un determinado sustantivo o adjetivo (por ejemplo: grandote). Obviamente, a una palabra aumentativa no puede aplicársele un diminutivo, al mismo tiempo que a una palabra diminutiva no puede aplicársele un aumentativo.
- Hay ciertos adjetivos de tipo abstracto, como ‘belleza’ o ‘gravedad’, que no admiten la posibilidad de ser modificados mediante sufijos para transformarse en diminutivos.
- Sigue con: Palabras que terminen en -ecito
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