En economía y contabilidad, se llama amortización al registro de la pérdida en el tiempo del valor de un bien determinado (o sea, amortización de activos), y también a la disminución de una deuda contraída a través de pagos periódicos (o sea, amortización de pasivos). En ambos casos, se trata de una variación negativa en el valor de un bien (o una deuda).
Los bienes, en general, poseen siempre una vida útil, o sea, un lapso máximo de utilidad a lo largo del cual comienzan a perder su vigencia o a disminuir su valor, debido al desgaste sufrido o al simple transcurso del tiempo. La amortización no es más que el registro contable de dicha pérdida de valor. En la práctica, se usan como sinónimos “depreciación”, “desvalorización” y “amortización”, pero no debe confundirse con “agotamiento”, término aplicable a las materias primas y recursos naturales.
El proceso de amortización va mermando el valor de los bienes conforme se utilizan o el tiempo transcurre, y una vez que su vida útil ha transcurrido, solo quedan con un “valor residual”, comprendido como la cantidad de dinero que se puede obtener mediante la venta del bien amortizado. Para calcular el porcentaje de amortización de un bien, es decir, el ritmo al cual su valor decrece con el tiempo, se aplica la siguiente fórmula:
Porcentaje de amortización = 100 / años de vida útil estimados.
Por ejemplo, si compramos una motocicleta cuya vida útil estimada es de unos 10 años, tendrá un porcentaje de amortización de 100 / 10, o sea, del 10%. Eso significa que la motocicleta pierde el 10% de su valor debido al desgaste y el uso en cada año de vida útil. Una vez transcurridos los 10 años, solamente tendrá un valor residual.
- Ver además: Tipos de bienes
¿Qué tipos de bienes se amortizan?
En general, todos los bienes tangibles se amortizan, excepto aquellos que por su naturaleza se reponen a sí mismos, o son inagotables o renovables, o por alguna otra razón no sufren desgaste. Por ejemplo, la tierra cultivable no se amortiza, siempre y cuando se lleven a cabo los necesarios procesos de rotación de cultivos para no agotar el suelo. Si esto último ocurre, en cambio, la tierra perderá su valor productivo y por ende también su valor comercial e inmobiliario. Tampoco se amortizan las obras de arte, que ganan valor con el paso del tiempo, ni los restos o yacimientos arqueológicos.
Ejemplos de bienes que se amortizan
Son ejemplos de bienes amortizables los siguientes:
- Maquinaria productiva y herramientas, ya sean automatizadas o bien de manipulación manual, como cosechadoras, deshilachadoras, máquinas textiles o taladros hidroneumáticos.
- Vehículos de todo tipo y otros dispositivos de transporte: automóviles, motocicletas, aviones, lanchas, barcos, carretillas, entre otros.
- Muebles como mesas, sillas, sofás, escritorios, mesones, camas o bibliotecas.
- Dispositivos electrónicos como computadoras, teléfonos celulares, tabletas, televisores, consolas de videojuegos, entre otros.
- Edificaciones destinadas a la vivienda, el comercio o la producción.
- Aparatos de refrigeración (neveras, congeladores, aires acondicionados) o calefacción (caloventores, termotanques, cocinas).
- Aparatos de iluminación como lámparas, linternas, bombillos, entre otros.
- Las vestimentas de todo tipo: calzado, prendas, adornos y accesorios.
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Referencias
- “Amortización” en Wikipedia.
- “La depreciación de los bienes de uso” en la Universidad de La Punta (Argentina).
- “Amortización contable y fiscal. Qué son y qué las diferencia” en UP Spain (España).
- “Valorización de bienes de uso” en CREA.
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