Los chistes son narraciones breves con contenido humorístico cuya comprensión produce risa entre sus receptores. Los chistes cortos son aquellos que están compuestos por unas pocas oraciones o incluso palabras. Por ejemplo: Mamá, en el colegio me llaman distraído. Juanito, tú vives en la casa de enfrente.
Se caracterizan por ser relatos ficticios, se transmiten de manera oral y su contenido puede ser cruel, satírico, burlesco o irónico. Para que el contenido del chiste sea comprendido, el emisor y receptor deben compartir la idea de lo gracioso. En ocasiones, además, estas narraciones se valen de juegos de palabras para producir gracia.
Estas narraciones son muy antiguas. La primera compilación de este tipo de relatos data del siglo IV. Se trata del Filógelos, una antología de más de 260 chistes. En general, los relatos respetan una estructura que comienza con una introducción en la que se presenta una situación en la que más tarde se concreta la gracia o juego.
- Ver además: Chistes buenos
Tipos de chistes
De acuerdo a los recursos que tenga la narración, se pueden identificar los siguientes tipos de chistes:
- Blancos. Son los más inofensivos. Están pensados para toda clase de público, incluso, infantil.
- Verdes o rojos. Están pensados para público adulto ya que su contenido, de manera directa o sugerida, es erótico o sexual.
- Negros. Su contenido es cruel. Por medio de narraciones irónicas o sarcásticas, se burlan de personajes que padecen alguna enfermedad o que se encuentran en una situación desventajosa.
Ejemplos de chistes
- — ¿Qué le dice un jaguar a otro jaguar.
— “Jaguar you” - — Papá, ¿qué se siente tener un hijo tan guapo?
— No sé hijo, pregúntale a tu abuelo… - — ¿Qué le dice una taza a otra?
—¿Qué taza ciendo? - — Me da un café con leche corto.
— Se me ha roto la máquina, cambio. - — ¿Por qué lloraba el libro de matemáticas?
— ¡Porque tenía muchos problemas! - — Josecito, ¿qué planeta va después de Marte?
— Miércole. - — ¿Qué está al final de todo?
— La O. - — Disculpa, ¿estoy bien maquillada?
— No, todavía se te ve la cara. - — Mamá, mamá, en el colegio me llaman Facebook.
— ¿Y tú qué les dices?
— ¡Me gusta! - — A ella le gusta la gasolina…
— ¿No puedes cantar algo más educativo?
— A ella le gusta la mezcla de hidrocarburos derivados de petróleo… - — ¡Estás obsesionado con la comida!
— No sé a qué te refieres croquetamente. - — ¿Dónde cuelga Superman su supercapa?
— En superchero.
- Un hombre va a una entrevista de trabajo y hablando del salario:
— Pues empezarás cobrando US $1000 y, más adelante, US $2000.
— Ah, pues ya vendré más adelante. - — Cariño, creo que estás obsesionado con el fútbol y me haces falta.
— ¡¿Qué falta?! ¡¿Qué falta?! ¡Si no te he tocado! - — Buenas tardes. Busco trabajo.
— ¿Le interesa de jardinero?
— ¿Dejar dinero? ¡Si lo que busco es trabajo! - — ¿Cómo maldice un pollito a otro pollito?
— ¡Caldito seas! - — Abuelo, ¿por qué estás delante de la computadora con los ojos cerrados?
— Es que Windows me dijo que cierre las pestañas. - — Mi virtud es la paciencia.
— ¿Qué?
— Que mi virtud es la paciencia, ¡maldito sordo! - — ¿Cómo se llama el campeón de buceo japonés?
— Tokofondo.
— ¿Y el subcampeón?
— Kasitoko. - — Mi mujer me dejó una nota en la heladera que dice: “Me voy porque esto ya no funciona”, pero llevo dos horas revisándola y enfría de maravilla.
- — Si los zombies se deshacen con el paso del tiempo ¿zombiodegradables?
- Una pareja charlando:
— Cariño, me gustaría que pasemos un lindo fin de semana…
— ¡Dale, nos vemos el lunes! - — ¿Cuál es el país que primero te llama y luego te asusta?
— EE.UU. - Un mexicano saluda a un chino:
— ¡Hola!
— La una y tleinta. - — ¿Tú sabes cómo murió este?
— En una pelea, en el letrero dice «sepelio», pero no aclara con quién.
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