Una tesis es un trabajo de investigación que realizan estudiantes, en el que se trata algún tema afín a su área de estudio, con una metodología específica y que supone un aporte original y novedoso para este campo de conocimiento. Generalmente, se la solicita al culminar una carrera universitaria, aunque también es obligatoria en maestrías y doctorados.
En una tesis:
- Se propone una hipótesis y se pretende comprobarla o falsarla.
- Los argumentos y los razonamientos están bien documentados con fuentes y datos que ayudan a respaldarlos.
- Se utiliza lenguaje técnico, preciso y claro, y se aplica una metodología de trabajo estricta en su elaboración.
- Ver también: Temas e ideas para tesis
Consejos para elaborar una tesis
- Definir el tipo de trabajo que hay que hacer. Las características de la tesis dependen del área de estudio, del tema que se aborde y de los criterios que indique la universidad en la que se presentará. Como se mencionó anteriormente, se trata de un trabajo de investigación, pero hay muchas formas de llevarlo a cabo: puede hacerse una investigación documental o una investigación de campo, por ejemplo.
- Elegir el tema. Este es el primer paso para iniciar la tesis. Lo ideal es que sea un tema que interese especialmente al tesista, porque dedicará mucho tiempo a su abordaje y conocimiento más profundo. Para elegirlo, es recomendable:
– que sea pertinente y adecuado para el área de estudio del tesista,
– que exista información abundante o que sea sencillo obtenerla,
– que no sea un enfoque demasiado abarcativo: cuanto más específico, más fácilmente resultará abordarlo. - Elegir un tutor. Para la realización de una tesis de grado, las universidades suelen ofrecer miembros del cuerpo docente para hacer el seguimiento del trabajo de cada estudiante. Es importante que el profesional elegido para corregir y hacer sugerencias sea experto en el área de investigación elegida, que tenga tiempo para atender las consultas del tesista, que sea afín y empático con sus necesidades.
- Armar un plan de trabajo. Ser metódico y ordenado son cualidades muy valiosas para avanzar rápidamente. La elaboración de la tesis implica cumplir con distintos pasos además de su redacción, como buscar (o producir) información, analizar y comparar datos, consultar bibliografía. Es importante organizar un calendario en el que se fije el tiempo destinado a cada una de estas tareas y las fechas de entrega. Para que sea efectiva, esa organización debe ser razonable y las metas propuestas deben ser creíbles.
- Predisponerse para el trabajo intelectual. La elaboración de un trabajo de investigación, como toda actividad que demanda reflexión y análisis, no puede tomarse a la ligera. Junto con la organización de un calendario, es importante adoptar una actitud proactiva:
– Evitar la procrastinación, cumpliendo objetivos diarios.
– Crear un ambiente adecuado para el estudio, que facilite la concentración en la lectura.
– En el tiempo destinado a su realización, evitar distracciones por uso de dispositivos.
– Procurar también momentos de recreo y ocio que despejen la mente. - Elaborar un texto preciso y sin rodeos. Un error frecuente en la redacción de trabajos de extensión considerable es que, a menudo, los estudiantes incluyen largos párrafos en los que no aportan verdaderamente información sustanciosa. Lo ideal es hacer primero un borrador en el que se definan los puntos clave y trasladar luego estos temas al escrito de un modo conciso y objetivo.
- Organizar la información. Si se aborda un tema del que hay amplia bibliografía, habrá que organizarla y jerarquizarla para no excederse en la lectura de material que supere las necesidades del trabajo:
– Seleccionar a los autores más resonantes y que tengan más experiencia en el tema.
– Elaborar fichas que sinteticen los temas trabajados por cada autor.
– Descartar el material que resulte demasiado impreciso o cuyas fuentes no garanticen credibilidad. - Comenzar la escritura «por el medio». Una tesis tiene una introducción, un desarrollo y una conclusión, además de anexos, apéndices y otras secciones complementarias al cuerpo del texto. A pesar de que este tipo de trabajos tiene un orden establecido, no es necesario seguirlo al pie de la letra cuando se lo está escribiendo. De hecho, lo recomendable no es comenzar por la introducción; es más sencillo redactar los párrafos que presentan y delimitan el tema cuando se ha avanzado con los aspectos específicos que se detallan en el desarrollo.
- Ser conciso también en la conclusión. En el cierre del escrito, es importante recordar que el objetivo de esta parte del trabajo es confirmar que el propósito con que se concibió la investigación se ha cumplido. En la conclusión se incluyen las reflexiones finales, surgidas de inferencias sobre la información desplegada en el desarrollo. Sin embargo, no deben incorporarse datos nuevos o referir información que no se haya consignado en el desarrollo. También es recomendable evitar «irse por las ramas» con temas que queden abiertos, por fuera de la investigación que se llevó a cabo.
- Respetar las correcciones. La elaboración de una tesis supone realizar entregas parciales a lo largo del proceso, que el tutor supervisará y revisará para orientar el escrito hacia un propósito que sea adecuado al tema tratado y a las exigencias de la universidad. Esto implica que en ese intercambio el tesista reciba sugerencias de rehacer, modificar o borrar fragmentos del trabajo. Hay que considerar que los cambios son siempre en favor del éxito de la empresa y no deben frustrar ni enojar al tesista, sino que deben considerarse un paso inevitable para el progreso de la tesis y una instancia de aprendizaje en la formación profesional del estudiante.
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