En el mundo contemporáneo es común referirse a la ciencia y la tecnología como casi sinónimos, dado que la relación entre ambas es sumamente estrecha y que su efecto combinado nos ha permitido modificar el mundo a nuestro antojo, sobre todo a partir de la llamada Revolución Tecnológica de finales del siglo XX.
Sin embargo, se trata de disciplinas separadas, con numerosos puntos de semejanza y también numerosas diferencias, que tienen que ver con su enfoque, sus objetivos y sus procedimientos.
La ciencia, por su cuenta, es un sistema ordenado de conocimientos y saberes que utiliza el método de la observación, la experimentación y la reproducción controlada para entender las leyes que gobiernan la realidad circundante.
Si bien la ciencia data de tiempos antiguos, empieza a denominarse como tal y a tener un lugar central en el pensamiento de la humanidad a finales del Medioevo europeo, cuando el orden religioso y teológico, cuya expresión máxima era la fe, cede lugar al orden de lo racional y de la duda.
La tecnología, en cambio, es un conjunto de conocimientos técnicos, es decir, de procedimientos o protocolos que permiten obtener un resultado determinado a partir de un conjunto de premisas y experiencias. Estos conocimientos técnicos se hallan ordenados científicamente en función de crear y diseñar objetos, herramientas y servicios que le facilitan la vida al hombre.
“Tecnología” es un término reciente, que proviene de la unión de técnica (téchnë: arte, procedimiento, oficio) y saber (logía: estudio, saber), ya que nace a raíz del pensamiento científico del hombre, aplicado a la resolución de problemáticas concretas o la satisfacción de deseos específicos.
- Ver además: Ciencia y tecnología
Diferencias entre la ciencia y la tecnología
- Difieren en su objetivo fundamental. Si bien ambas colaboran estrechamente, la ciencia persigue el objetivo de agrandar o expandir el conocimiento del hombre, sin atender a las aplicaciones o las vinculaciones de dicho saber con la realidad inmediata o los problemas que con ello puedan resolverse. Todo ello, en cambio, es el objetivo directo de la tecnología: cómo emplear el saber científico organizado para enfrentar las necesidades humanas concretas.
- Difieren en su interrogante fundamental. Mientras la ciencia se pregunta el porqué de las cosas, la tecnología se preocupa más bien por el cómo. Por ejemplo, si la ciencia se pregunta por qué el sol brilla y emite calor, la tecnología se preocupa por cómo podríamos aprovecharnos de estas propiedades.
- Difieren en su nivel de autonomía. En tanto disciplinas, la ciencia es autónoma, persigue sus propios rumbos y no requiere en principio de la tecnología para proseguir su camino. La tecnología, en cambio, es dependiente de las ciencias para obtener.
- Difieren en su antigüedad. La ciencia en tanto método de observación del mundo es rastreable hasta los tiempos antiguos, en que bajo el nombre de Filosofía brindaba a la humanidad explicaciones y razonamientos más o menos objetivos sobre el carácter de lo real. La tecnología, en cambio, tiene su origen a partir del desarrollo de las técnicas y saberes científicos del hombre, siendo por lo tanto posterior a su aparición.
- Difieren en su metodología. La ciencia se maneja normalmente en un plano elucubrativo, es decir, teórico, hipotético, de análisis y deducción. La tecnología, en cambio, es mucho más práctica: echa mano a lo que sea necesario en función de lograr objetivos concretos vinculados con el mundo de lo fáctico.
- Difieren en su organización académica. Mientras las ciencias se consideran usualmente campos autónomos del saber, mayor o menormente aplicadas a la vida cotidiana (ciencias aplicadas), las tecnologías constituyen abordajes interdisciplinarios y múltiples de los problemas a resolver, por lo que se sirven de más de un campo científico para ello.
La retroalimentación científico-tecnológica
Conviene aclarar, una vez entendidas las diferencias entre ciencia y tecnología, que ambos enfoques suelen colaborar y retroalimentarse, es decir, que la ciencia sirve para crear nueva tecnología y ésta sirve para estudiar mejor los distintos campos de interés científico.
Por ejemplo, la observación de las estrellas nos brindó la astronomía, que inspiró junto con la óptica el desarrollo de telescopios, que a su vez permitieron un estudio más completo de los fenómenos astrológicos.
- Sigue con: Ventajas y desventajas de la ciencia
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