El discurso político es el conjunto de enunciados que se pronuncia con el propósito de establecer una posición sobre un tema público, influir ideológicamente en la audiencia y opinar con respecto a un problema que afecta a los intereses de una comunidad. Es un acto locutivo que se realiza en el marco del poder político en todas sus dimensiones. Por ejemplo: Queridos amigos, hoy vengo a exponerles mis propuestas y las acciones que vamos a emprender si ustedes me brindan su apoyo y gano las elecciones presidenciales.
Este tipo de discurso presta mucha atención al detalle y a la claridad de la redacción, pues su intención es persuadir a una grupo de personas cuyo número puede variar y tiene detrás una estrategia política que lo avala. También busca evitar la ambigüedad y direccionar el pensamiento de los oyentes.
Los discursos políticos inciden en las estructuras sociales pues su efectividad puede hacer que muchos ciudadanos transformen su manera de pensar, lo que incidirá en las decisiones políticas o en la opinión pública. Por ejemplo: Hoy estamos aquí reunidos frente al Parlamento de nuestra nación para exigirles a los mandatarios que detengan el proyecto que aumentará los impuestos para la canasta familiar. Exigimos que piensen en las familias más necesitadas y detengan la corrupción.
Existen escritores que se especializan en la redacción de discursos políticos. Estos establecen las frases, la extensión y los temas de acuerdo con el lugar donde serán enunciados, el tipo de audiencia que los escuchará, la agenda de temas más relevantes y otras variantes que construyen la reputación pública de un individuo, de un partido o de un fenómeno en el marco político.
- Ver además: Tipos de discurso
Características del discurso político
Los discursos políticos buscan objetivos específicos, por lo tanto, tienen características que los hacen eficaces y que se deben tener en cuenta cada vez que se realizan. Estos también tienen en cuenta otros aspectos metaverbales que pueden darles más fuerza, como son la tonalidad de la voz con la que se los pronuncia, los silencios, la gestualidad, la postura de quien los anuncia, entre otras variables.
En función de esto, el discurso político debe ser:
- Argumentativo. Debe explicar las ideas que postula de manera estructurada y con razones que sean difíciles de refutar, pues, a partir de estos razonamientos y la forma en que se imparten, será que la audiencia llegue a deducir que estaba antes equivocada y cambie de mentalidad.
- Objetivo. Debe tener propósitos específicos. Un discurso político se distingue por proponer una tesis y un conjunto de ideas que se quieren posicionar dentro del público.
- Persuasivo. Debe ser lo más convincente posible, a partir de las herramientas que emplea para que el público esté de acuerdo y se adhiera a las ideas que expone el político.
- Eficaz. Debe transmitir un mensaje. Uno de los propósitos de estos discursos es que aquello que se exponga sea tomado como la verdad y que nadie dude de lo que se está poniendo en tela de juicio, ya sea que se busque modificar una ideología o llamar a la acción.
Ejemplos de discursos políticos:
- Fragmento del discurso “Derriba este muro” de Ronald Regan, expresidente de los Estados Unidos, en Berlín en 1987
Los presidentes estadounidenses vinimos a Berlín porque es nuestro deber hablar, en este lugar, de libertad. Pero debo confesar que aquí también nos atraen otras cosas. Por el sentimiento de la historia en esta ciudad, más de quinientos años más antigua que nuestra propia nación; por la belleza de Grunewald y Tiergarten; sobre todo, por su coraje y determinación. Quizás el compositor Paul Lincke entendió algo sobre los presidentes estadounidenses. Verán, como tantos presidentes antes que yo, vengo aquí hoy porque donde quiera que vaya, haga lo que haga: Ich hab noch einen Koffer en Berlín.
- Fragmento de discurso de Lyndon B. Johnson, expresidente de los Estados Unidos, en 1965 en el Capitolio
Insto a todos los miembros de ambos partidos, estadounidenses de todas las religiones y de todos los colores, de todas las secciones de este país, a que se unan a mí en esa causa.
A veces, la historia y el destino se encuentran en un solo momento en un solo lugar para dar forma a un punto de inflexión en la búsqueda interminable del hombre por la libertad. Así fue en Lexington y Concord. Así fue hace un siglo en Appomattox. Así fue la semana pasada en Selma, Alabama.
- Fragmento del discurso “Tengo un sueño” del político norteamericano Martin Luther King en 1963
Hemos venido a la capital de nuestra nación en cierto sentido para cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y de la Declaración de Independencia, firmaron un pagaré del que todo estadounidense habría de ser heredero. Este documento era la promesa de que a todos los hombres —sí, a los hombres negros y también a los hombres blancos— les serían garantizados los derechos inalienables a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
- Fragmento del discurso “Libertad o muerte” de Emmeline Pankhurst, una importante líder que trabajó por el derecho al voto para las mujeres en Gran Bretaña.
Estoy aquí como un soldado que ha abandonado temporalmente el campo de batalla para explicar —parece extraño que deba explicarse— cómo es la guerra civil cuando esta es librada por mujeres. No solo estoy aquí como un soldado temporalmente ausente del campo en la batalla; estoy aquí, y eso, creo, es la parte más extraña de mi venida. Estoy aquí como una persona que, según los tribunales de justicia de mi país, se ha decidido, no tiene ningún valor para la comunidad; y se me juzga por mi vida como una persona peligrosa, bajo sentencia de servidumbre penal en una prisión de convictos.
- Fragmento de discurso de Margaret Thatcher, ex primera ministra de Gran Bretaña, en 1980 en la reunión del partido conservador sobre su mandato.
En sus primeros diecisiete meses, este gobierno ha sentado las bases para la recuperación. Hemos emprendido una pesada carga de legislación, una carga que no pretendemos repetir porque no compartimos la fantasía socialista de que el logro se mide por el número de leyes que ustedes aprueban. Pero había una formidable barricada de obstáculos que teníamos que barrer a un lado. Para empezar, en su primer presupuesto Geoffrey Howe comenzó a descansar incentivos para estimular las habilidades y el genio inventivo de nuestra gente. La prosperidad no proviene de grandes conferencias de economistas, sino de innumerables actos de autoconfianza personal y autosuficiencia.
- Fragmento de discurso de Franklin D. Roosevelt, expresidente de los Estados Unidos, en 1933
Presidente Hoover, señor Presidente del Tribunal Supremo, mis amigos:
Este es un día de consagración nacional. Y estoy seguro de que en este día mis compatriotas estadounidenses esperan que, en mi inducción a la presidencia, me dirija a ellos con una franqueza y una decisión que la situación actual de nuestro pueblo impulsa. Este es preeminentemente el momento de decir la verdad, toda la verdad, franca y audazmente. Tampoco necesitamos rehuir enfrentar honestamente las condiciones en nuestro país hoy. Esta gran nación perdurará, como ha perdurado, revivirá y prosperará.
- Fragmento de discurso de Nelson Mandela, expresidente de Sudáfrica, en 1964.
Para comenzar, quiero decir que la sugerencia de que la lucha en Sudáfrica está bajo la influencia de extranjeros o comunistas es totalmente incorrecta. He hecho todo lo que hice debido a mi experiencia en Sudáfrica y mi propio origen africano orgullosamente sentido, y no por lo que cualquier extraño podría haber dicho. En mi juventud en el Transkei escuché a los ancianos de mi tribu contar historias de los viejos tiempos. Entre los cuentos que me relataron estaban los de las guerras libradas por nuestros antepasados en defensa de la patria. Los nombres de Dingane y Bambata, Hintsa y Makana, Squngthi y Dalasile, Moshoeshoe y Sekhukhuni, fueron elogiados como la gloria de toda la nación africana. Esperaba entonces que la vida pudiera ofrecerme la oportunidad de servir a mi pueblo y hacer mi propia y humilde contribución a su lucha por la libertad.
- Fragmento de discurso pronunciado por John F Kennedy, expresidente de los Estados Unidos, en 1961
A esos nuevos estados a quienes damos la bienvenida a las filas de los libres, prometemos nuestra palabra de que una forma de control colonial no habrá pasado simplemente para ser reemplazada por una tiranía mucho más férrea. No siempre esperaremos que apoyen nuestra opinión. Pero siempre esperaremos encontrarlos apoyando firmemente su propia libertad y recordar que, en el pasado, aquellos que tontamente buscaron el poder montando la espalda del tigre terminaron dentro.
- Fragmento de Charles de Gaulle, expresidente de Francia, en 1940 dado por cadena radial
Esta guerra no se limita a nuestro desafortunado país. El resultado de la lucha no ha sido decidido por la batalla de Francia. Esta es una guerra mundial. Se han cometido errores, ha habido retrasos y sufrimientos indecibles, pero el hecho es que todavía existe en el mundo todo lo que necesitamos para aplastar a nuestros enemigos algún día. Hoy estamos aplastados por el peso de la fuerza mecanizada lanzada contra nosotros, pero todavía podemos mirar hacia un futuro en el que una fuerza mecanizada aún mayor nos traerá la victoria. El destino del mundo está en juego.
- Fragmento del discurso de Jorge Eliecer Gaitán, político colombiano, en 1946
Nuestro movimiento es una lucha de hombres que quieren redimirse y tienen fuerzas para ello. Porque nos sentimos capaces para esa lucha; porque no tenemos odios; porque respetamos personalmente a nuestros adversarios y a los que no piensan como nosotros, estamos y queremos estar en batalla de perfil nacional. Nuestra lucha es pacífica. Tenemos el concepto de que la vida es una cantera y que la piedra de esa cantera no se transforma en catedral o en estatua sino ¡con los cinceles de la pasión y de la voluntad! Hombres de pasión: hombres que aún creéis en el colombiano fuerte, vigoroso y sin miedo. ¡Adelante! ¡Pueblo!: por la restauración moral de Colombia, ¡a la carga! ¡Pueblo!: por la democracia, ¡a la carga! ¡Pueblo!: por la victoria, ¡a la carga!
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