Las leyendas infantiles son aquellas narraciones que incluyen sucesos fantásticos y que han sido adaptadas para ser leídas o escuchadas por niños.
Las leyendas son relatos anónimos de transmisión oral que se originaron para dar explicaciones sobre diversos fenómenos, para responder a inquietudes o para transmitir enseñanzas.
Aunque estas historias incluyan seres, hechos o lugares maravillosos o extraordinarios, generalmente mencionan sitios, fechas o personajes que existen o que existieron en la realidad. Además, muchas personas creen que son relatos verídicos.
Las leyendas infantiles son contadas o leídas en ámbitos familiares, comunitarios o educativos con el objetivo de transmitir creencias y tradiciones y de fomentar la imaginación, la creatividad y la comprensión lectora o auditiva.
- Ver además: Tipos de leyenda
Características de las leyendas infantiles
- Temas. Los temas de las leyendas infantiles son el origen de animales, de plantas, de tradiciones o de fenómenos naturales, valores, la familia, la amistad, entre otros.
- Personajes. Los personajes de leyendas infantiles son animales, personas comunes, dioses y seres fantásticos.
- Lugares. Los lugares en los que transcurren las leyendas infantiles pueden ser el campo, el bosque, la ciudad, la selva, entre otros. Casi siempre se hace referencia a un sitio que existe o que existió en la realidad.
- Tiempo. Las leyendas infantiles narran sucesos que ocurren en un tiempo histórico real, es decir, no mítico, aunque en algunos casos no se haga referencia a una fecha exacta.
- Finalidad. La finalidad de las leyendas infantiles es transmitir una enseñanza o una moraleja, o entretener.
- Adaptación. Las leyendas infantiles se adaptan para que tengan estructuras y temas aptos para los niños. Por ejemplo, se puede cambiar finales trágicos o hacer una versión más corta de una leyenda más extensa.
Ejemplos de leyendas infantiles
- La leyenda de la yerba mate
Esta leyenda guaraní narra el origen de la yerba mate, una infusión que se consume en muchos países de Sudamérica. Se dice que Yasí, la diosa de la luna, quería conocer la tierra, ya que solo podía verla desde los cielos. Como no quería ir sola, le propuso a su amiga Araí, la diosa de las nubes, que se uniera al viaje.
Antes de partir, las dos se transformaron en mujeres, para que nadie se diera cuenta de cuál era su verdadera identidad. Bajaron a la tierra, recorrieron campos, bosques, selvas, lagos, ríos y mares y quedaron maravilladas con todo lo que habían visto.
Como estaban agotadas de tanto andar, se sentaron a descansar debajo de un árbol, pero no se dieron cuenta de que un yaguareté yacía escondido entre las plantas. El animal saltó para atacarlas, pero se asustó con el sonido de una flecha que disparó un cazador, y huyó.
Las dos diosas le dieron las gracias al hombre, quien, además, las invitó a su casa para que pudieran comer y descansar tranquilas. Al día siguiente, ellas se despidieron del cazador y de su familia y regresaron al cielo.
Unas semanas más tarde, Yasí bajó a la tierra otra vez para regalarle una planta, la yerba mate, a su nuevo amigo y le explicó cómo tenía que usarla para beberla. El hombre muy agradecido le dijo que la compartiría con su familia y amigos.
- La leyenda del pájaro carpintero
Esta leyenda pertenece a los onas, un pueblo originario de Tierra del Fuego, Argentina, y explica cómo se creó el primer pájaro carpintero. Se dice que Kákach, un joven y valiente guerrero, un día fue a buscar agua al único lago que había en la zona y vio que una mujer gigante estaba bebiendo en la orilla.
Cuando regresó a su tribu, le informaron que la mujer era Taita, una bruja malvada y muy peligrosa. Mientras tanto, la gigante había cercado el lago con árboles para que nadie más pudiera acercarse.
Algunos exploradores de la tribu fueron al lago, vieron lo que había sucedido y volvieron para decirles a los demás que si no actuaban pronto, se quedarían sin agua para beber.
Pero Kákach decidió actuar solo: como era costumbre antes de combatir, se pintó el cuerpo de negro y la cabeza de rojo y se fue a buscar a la bruja. Trepó los árboles que rodeaban el lago y, tras una larga lucha, logró vencer a su feroz enemiga. Después volvió con los suyos, quienes le agradecieron por tan gran hazaña y porque los había salvado.
Se cree que antes de morir, la bruja le lanzó un hechizo al guerrero, porque con el tiempo el joven comenzó a empequeñecer y a tener plumas hasta que finalmente se transformó en el pájaro carpintero.
- La leyenda del fuego
Esta leyenda de los huicholes, un pueblo originario de México, explica cómo surgió el fuego. Hace mucho tiempo las personas no sabían cómo hacer fuego y, por eso, no podían cocinar la comida o tener luz por las noches.
Todo cambió un día, un rayo cayó en un árbol y produjo una llama que luego creció. Los enemigos de los huicholes se dieron cuenta de la importancia de este elemento y no quisieron compartirlo con nadie, por eso, se turnaban para que ninguna persona se acercara a la hoguera.
Sin embargo, los huicholes también tenían amigos; el coyote, el venado, el armadillo, la iguana y la comadreja idearon un plan para tomar un poco de fuego. Primero lo intentó el coyote, pero lo descubrieron. Después probaron los otros animales, pero también fracasaron.
Solo quedaba la comadreja. Esta pequeña se quedó cerca de los hombres que cuidaban el fuego y como vieron que era inofensiva, no se preocuparon por ella. Una madrugada la amiga de los huicholes se dio cuenta de que los centinelas se habían quedado dormidos, entonces se acercó a la hoguera y encendió su cola.
Rápidamente fue al campamento de los huicholes y les dijo que trajeran trozos de madera para encenderlos con su cola. Los hombres y las mujeres le agradecieron a su amiga por su ayuda y estaban muy contentos, porque ya no tendrían miedo por las noches ni frío en invierno.
- La leyenda de la lagartija
Esta leyenda mexicana explica por qué a las lagartijas les vuelve a crecer la cola. Hace mucho tiempo atrás, los seres humanos cazaban lagartijas para comer, pero a diferencia de otros animales, ellas no tenían cómo protegerse de estos ataques.
Un día todas las lagartijas se reunieron para encontrar una solución a este problema. Fueron a hablar con otros animales para preguntarles cómo se defendían de los cazadores.
El jaguar les dijo que se defendía con sus garras y sus rugidos. Los monos, con sus gritos y con su habilidad para saltar y escapar rápidamente. Los jabalíes, con sus colmillos y por andar en manada.
Todos los animales les recomendaron a las lagartijas que hablaran con el Señor de los Montes, pues él les había otorgado esos dones a ellos. Entonces los pequeños reptiles fueron a buscarlo y él les dijo que no podía darles colmillos o garras, pero que sí podía hacer que les creciera la cola si un humano se la cortaba.
Ellas le agradecieron mucho y así pudieron sobrevivir a distintos ataques.
- La leyenda de la sakura
Esta leyenda narra el origen de la sakura o el cerezo en flor japonés. Se dice que en la Edad Media en un bosque había un árbol que no florecía. Entonces un hada le propuso que lo transformaría en humano por veinte años y que solo si llegaba a encontrar el verdadero amor, hermosas flores le crecerían.
El árbol aceptó, se convirtió en un hombre y un día cerca de un arroyo conoció a Sakura, una joven de la que se enamoró perdidamente. Él se acercó a ella, se presentó como Yohiro y la ayudó a llevar agua a su casa.
Los días siguientes Yohiro y Sakura pasaron muchas horas conversando y paseando. Una tarde él confesó que era un árbol y que estaba enamorado de ella, pero la joven no le contestó absolutamente nada.
Yohiro se puso muy triste, regresó al bosque y volvió a su forma original. Pero un día Sakura lo fue a buscar. Cuando lo vio, lo reconoció, lo abrazó y le dijo que lo amaba. El hada apareció y le preguntó a la mujer si quería fundirse para siempre con Yohiro, la joven contestó que sí y, gracias a un hechizo, ambos jóvenes fueron uno y al árbol le crecieron flores.
- La leyenda del tiempo
Esta leyenda tradicional china narra acontecimientos que sirven para reflexionar sobre el paso del tiempo. Un día un campesino estaba arando la tierra con su hijo. El pequeño dijo:
—¡Papá! ¡Se escapó el caballo! Es una desdicha.
—Hijo mío, aún no sabemos si es una desdicha. —le contestó su padre.
El niño se quedó pensando en aquello que le había dicho su padre. Al día siguiente, cuando los dos estaban trabajando en el campo, apareció el caballo que se había ido, pero acompañado de otro.
—¡Papá! ¡Qué buena suerte! Ahora tenemos dos caballos. —dijo el hijo.
—¿Por qué dices que es de buena suerte? Aún no lo sabemos. —le contestó su padre.
Por la tarde, el muchacho intentó subirse al caballo nuevo, pero se cayó, se lastimó una pierna y tuvo que pasar varios días en la cama. Un día su padre le llevó el almuerzo y el pequeño le dijo:
—Papá, qué desdicha. No podré caminar por varios días.
—Hijo, aún no sabemos si es una desdicha. —le contestó su padre.
Una semana después, los soldados del rey fueron a la casa de los campesinos y preguntaron si allí había algún joven que pudiera ir a la guerra. El padre les explicó que su hijo había tenido un accidente y que no podía unirse al ejército. En ese momento, el muchacho se dio cuenta de que siempre hay que esperar para determinar si un acontecimiento es una desgracia o es de buena suerte.
- La leyenda de las dos lagunas
Esta leyenda narra cómo surgieron dos lagunas que se encuentran en Uruguay. Se dice que hace mucho tiempo, en un pueblo vivían dos hermanos que eran muy buenas personas y que trabajaban en el mismo campo.
Ambos estaban enamorados de la misma mujer, aunque ninguno sabía que el otro sentía lo mismo. Una tarde, el hermano mayor fue a la casa de ella, le confesó su amor y le dijo que escaparan juntos. La joven aceptó.
Cuando el hermano menor se enteró, se puso muy celoso y se fue a buscar a la pareja. Anduvo por muchos lugares con su caballo hasta que finalmente los encontró y le dijo a su hermano:
—¡Me has robado a la mujer de la que estoy enamorado!
—Yo no te la robé, no sabía que sentías eso por ella. —contestó el hermano mayor.
Y los dos comenzaron a pelear. La joven, muy asustada, se subió al caballo y fue al pueblo a pedir ayuda, sin embargo, ya era tarde, los hermanos estaban muy malheridos. Antes de morir, se tomaron del brazo, se pidieron perdón y a los pocos segundos se transformaron en dos lagunas que están separadas por un angosto camino de tierra.
- La leyenda de las hormigas y el tesoro
Esta leyenda africana permite reflexionar sobre la amistad, la generosidad y la humildad. Se dice que en un pueblo vivían dos hombres, uno muy pobre, pero muy bondadoso y otro muy rico, pero muy egoísta.
Las hormigas eran muy amigas del primer hombre, porque él las cuidaba y las alimentaba, y decidieron ayudarlo. El plan consistía en hacer un túnel que conectara las casas de los dos hombres para transportar las pepitas de oro del rico al hogar del pobre.
A los pocos días, el hombre pobre vio que debajo de su cama habían aparecido muchas pepitas de oro y pensó que eran un regalo de los dioses. Pero el rico se dio cuenta de que le faltaba su tesoro y se puso a investigar qué podía haber sucedido. Finalmente, encontró la entrada del túnel. Entonces les pidió ayuda a sus vecinos y les dijo que tenían que revisar todas las casas hasta encontrar una que tuviera un agujero profundo.
El hombre rico encontró el agujero en la casa del pobre y lo acusó de robo. Todos los habitantes del pueblo estuvieron de acuerdo en que tenían que encerrar al supuesto ladrón en una cárcel de madera.
Las hormigas se enteraron de lo acontecido y se pusieron muy tristes, pero idearon otro plan para ayudar a su amigo. Tomaron las pepitas de oro, las llevaron hasta la cárcel y se comieron la madera para que el hombre pobre pudiera escapar. Él les agradeció y pensó que lo mejor era huir con el tesoro y comenzar de nuevo en otro lugar.
Las personas del pueblo, al ver que la cárcel y el hombre habían desaparecido, pensaron que había sido obra de los dioses y no se preocuparon por el asunto.
- La leyenda del hipopótamo y la tortuga
Esta leyenda nigeriana explica por qué los hipopótamos pasan gran parte del día en el agua. Hace mucho tiempo, los hipopótamos solían estar todo el tiempo en la tierra y las tortugas temían ser aplastadas por estos grandes animales.
Un día el líder de la manada de los hipopótamos organizó un banquete e invitó a todos los animales. Cuando comenzó el evento, les dijo a los comensales:
—Podrán comer solo si dicen cómo me llamo.
Los animales no contestaron nada, pues no sabían cuál era el nombre. Entonces el hipopótamo les hizo una sugerencia:
—Bueno, la próxima semana daré otro banquete, pero solo comerán si averiguan cómo me llamo. Además, si dicen mi nombre, podrán pedirme todo lo que quieran.
Al día siguiente, una de las tortugas, la más astuta, cavó un pozo cerca de donde estaban los hipopótamos y se metió en él, pero dejó que su caparazón sobresaliera un poco. Los hipopótamos comenzaron a caminar, uno de ellos se golpeó con el caparazón y gritó:
—¡Ay! ¡Istantim! ¡Qué dolor! ¡Me lastimé una pata con esta roca!
Unos días después, el hipopótamo hizo el banquete y cuando llegaron los invitados, les preguntó:
—¿Alguien sabe cómo me llamo?
—Sí, te llamas Istantim. —contestó la tortuga.
—Pero… ¿Cómo es posible?
—Eso no importa. Ahora todos podremos comer y tú y tu manada se irán a vivir al lago.
Y a partir de ese entonces, los hipopótamos pasan más tiempo en el agua que en la tierra.
- La leyenda del color de los pájaros
Esta leyenda hindú explica por qué los pájaros tienen distintos colores. Mucho tiempo atrás, todos los pájaros eran marrones, pero a ellos esto no les gustaba. Entonces fueron a pedirle a la Madre Naturaleza que les cambiara sus colores. Ella les contestó que lo haría, pero cada uno tenía que elegir cómo se iba a ver.
Uno a uno, los pájaros le indicaron qué colores querían. La Madre Naturaleza los fue pintando y, cuando creyó que ya había terminado, se dio cuenta de que el gorrión aún estaba marrón y de que ya no había más tintura.
El pequeño pajarito comenzó a llorar, pues sería el único que no tendría ningún color especial. La Madre Naturaleza estaba desesperada, pero de repente vio que quedaba una gota de amarillo en un pincel, la tomó y se la colocó en la cabeza al gorrión, quien se puso muy contento.
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Referencias
- Bosch, V. G. y Rubio Amador, R. (2009). La selección de cuentos y leyendas en el aula de infantil y primer ciclo de primaria: algunos ejemplos prácticos. Edetania, 36, 55-64.
- Rosalía, P. y Rionda, P. (2015). Apuntes para jornadas: La revalorización de las tradiciones orales como estrategia educativa. Relatos del Viento.
- Vidal de Battini, B. E. (1984). Cuentos y leyendas populares de la Argentina. Tomos VII y VIII. Ediciones Culturales Argentinas.
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