Las muletillas son apoyaturas que el hablante utiliza como “muleta” o “bastón”, para sostener el habla o para recuperarse de los bloqueos mentales. Por ejemplo: Bueno, este…
Formalmente conocidas como marcadores discursivos, estos recursos ayudan a orientar al receptor respecto de la actitud que tiene el emisor respecto de aquello que está pronunciando. Por ejemplo: Eh… como venía diciendo…
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¿Para qué sirven las muletillas?
De manera más o menos consciente, las muletillas se utilizan por diferentes motivos, logrando diferentes efectos, deseados o no, en el discurso. Algunos de ellos son:
- Expresar de manera inconsciente las intenciones del emisor. Por ejemplo: No es que lo diga yo, lo dice el reglamento.
- Subrayar, matizar o resignificar palabras. Por ejemplo: La reunión no es importante. Quiero decir: sería bueno que vayas, pero si faltas, no es grave.
- Mantener el interés del receptor. Por ejemplo: Vean ustedes lo que les voy a contar… la próxima semana aprobarán la ley.
- Darle al emisor un momento para recuperarse de las complicaciones que atraviesa al momento del habla, establecer pausas para pensar en medio de la exposición. Por ejemplo: ¿Qué les iba a decir? Ah, sí, cierto… tenemos la sentencia.
- Generar ciertas complicidades o acuerdos con el receptor. Por ejemplo: Ni siquiera me preguntó cómo me sentía, ¿me entiendes?
Ejemplos de oraciones con muletillas
- ¿Qué te iba a decir? Ah, sí… ¿Vamos al cine mañana?
- No sé tú, pero yo, me voy a mi casa.
- Lo que te quiero decir es que, si leíste todo el material, te irá bien en el examen.
- La cosa es que después de 12 años, se divorciaron.
- Había cheese cake, helado, panqueques, lemon pie y tal.
- Bueno, nada, nos vemos mañana.
- ¿Qué te parece si vamos a cenar por ahí?
- Parece mentira, pero ya hace cinco años que trabajo en esta compañía.
- Así que Juanito se puso de novio, ¡quién lo diría!
- Che, estoy viendo la serie que me recomendaste y me encanta.
- O sea, voy a tener que trabajar más horas y me van a pagar lo mismo.
- Madre mía, el calor que hace en esta ciudad.
- Ok, nos vemos mañana a las 8, en la puerta del restaurante.
- La cosa es que la profesora me aprobó pese a que no le supe responder en qué año fue el primer golpe de Estado.
- No es que lo diga yo, lo dice la ley.
- Es como si dijera que, a partir del próximo mes, ya no somos más dos grupos de trabajo, sino tres.
- La tienda queda en la avenida principal, pero no me hagas mucho caso.
- Si no me equivoco, la reunión es mañana a las 14.
- El examen constará de dos partes: una de opción múltiple y la otra será para que desarrollen, ¿me explico?
- Te paso a buscar así vamos juntos, ¿dale?
- La verdad es que la película no me gustó nada.
- El que no trae la autorización firmada por sus padres no podrá ir a la visita, ¿está?
- La música estaba muy alta, de hecho, se escuchaba desde la esquina.
- Mire usted lo que le voy a contar… el vecino de enfrente se ganó la lotería.
- Digamos que lo más complicado ya lo resolvimos.
- Voy al supermercado a comprar harina, aceite y demás.
- Yo digo que vayamos a cenar al lugar que hacen paella.
- Le dije “hola” y no me saludó, ¿me entiendes?
- Para llegar al bar tienes que caminar tres cuadras, doblar a la izquierda, hacer 20 metros y lo vas a encontrar, ¿me explico?
- Imagínate, si esto hubiese pasado cuando mis padres estaban de vacaciones.
- Ya que hace este calor, ¿vamos a tomar un helado?
- Está más alto, ¿viste?
- Tienen que dar tres vueltas al parque y después hacemos flexiones, ¿se entiende?
- Entonces, mañana nos juntamos a estudiar en casa.
- Se quejó de que hacemos mucho ruido, no ordenamos el cuarto y demás.
- Lo que sucede es que no tiene ganas de salir de su casa, así que no vendrá.
- ¿Viste? Los Rolling Stones vuelven al país en marzo.
- De repente le dieron ganas de ir a la fiesta, así que vamos juntas.
- Lo charlamos mañana después de clase, ¿sí?
- A ver, para la semana que viene tienen que preparar la monografía, el examen será recién el próximo mes.
- Fíjate que con vos se porta bien.
- Eh.. No recuerdo.
- Mira, por ahora, la sesión quedó para la primera semana de marzo, pero esto puede variar.
- Que yo sepa, la fiesta de fin de años será en el mismo salón que la última vez.
- ¿De qué estás hablando? Trabajan muy bien juntos
- Primero vamos a hacer la entrevista y luego hacemos las fotos, ¿me sigues?
- En fin, qué le vamos a hacer…
- ¿Te parece que tomemos unos licuados de banana?
- Mmm… Creo que se llama Juan.
- Sí, sí, es como tú dices.
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