En líneas generales, el pensamiento complejo es la manera de razonamiento más difícil, más exigente y que arroja conclusiones más profundas. Se trata de un concepto utilizado en diversos contextos, especialmente en la obra del filósofo y sociólogo francés Edgar Morin (1921-), quien lo definió como la capacidad de poner en relación o en diálogo dos o más dimensiones diferentes de la realidad, resignificando el sentido de “complejo” en estos contextos.
Normalmente pensamos que algo “complejo” es simplemente algo difícil, pero etimológicamente este término proviene del latín complexus, fruto de la unión del prefijo con- (“junto a”) y el verbo plectere (“entrelazar” o “trenzar”), de modo que lo complejo, en el sentido en que lo entiende Morin, es aquello que está entretejido, interconectado o entrelazado.
Por eso el pensamiento complejo es necesariamente transdisciplinario y holístico, y en lugar de promover explicaciones reduccionistas, simples y totalizantes, plantea más bien estrategias de pensamiento reflexivas, multidimensionales, que permitan dar soluciones complejas a los problemas. Para ello se basa en algunos principios fundamentales como:
- Responder a la complejidad con complejidad, ya que al simplificar se extravían elementos importantes.
- Aceptar la diversidad y la creatividad como valores a la hora de enfrentar un problema.
- Tomar en cuenta el contexto de los problemas.
- Anticipar, explorar, robar y adaptarse: descubrir el futuro en lugar de intentar controlarlo.
- Mantener siempre las opciones lo más abiertas posible.
- No intentar controlar un sistema complejo, sino guiarlo y acompañarlo en su proceso.
El pensamiento complejo busca dar con los nexos insospechados entre las distintas dimensiones de lo real, y al mismo tiempo las identifica, las distingue, pero no las aísla la una de la otra. De allí que se le conoce como un pensamiento “ecologizado”, o sea, que estudia sus problemas en su hábitat o ecosistema. En ello se distingue del pensamiento simple, que anula la diversidad y apuesta más bien por una respuesta única, correcta, totalizante.
De allí que la aplicación del pensamiento complejo a los problemas de la vida cotidiana parta siempre de la evaluación e identificación del contexto del problema, para incorporar la mayor cantidad de elementos posibles al sistema, y lo aborde desde distintas perspectivas, respondiendo a la complejidad del problema con la complejidad del pensamiento. Es importante para ello entender los problemas como sistemas que son, a la vez, una unidad y una diversidad de partes, es decir, que son al mismo tiempo “más y menos que la suma de sus partes”.
- Ver además: Pensamiento analítico
Ejemplos de pensamiento complejo
Los siguientes son algunos ejemplos del pensamiento complejo:
- Los físicos contemporáneos ya no consideran el cosmos como algo estable y ordenado, sino como un sistema diverso de fuerzas y de materia en continuo cambio y movimiento, estructurándose y desintegrándose al mismo tiempo.
- Las traducciones a menudo se consideran como el “rescate” de un significado determinado de una lengua a la otra, como si nada se perdiera en el proceso. Pero desde el punto de vista del pensamiento complejo, se trata a la vez de la intromisión de interpretaciones y juicios del traductor en la obra traducida, de modo que al leer la traducción se lee tanto al autor como al traductor.
- La vida y la muerte se consideran normalmente polos opuestos, cuando en realidad se hallan entrelazadas: solo se puede morir si se está vivo primero, y la existencia de la muerte es lo que distingue a los seres vivos de la materia inanimada. De modo que se trata de dos conceptos complementarios a la vez que excluyentes.
- La baja productividad de un departamento empresarial, según el pensamiento complejo, no puede resolverse únicamente atendiendo a las dinámicas internas del departamento e ignorando el resto de su ecosistema corporativo. Por lo tanto, debe abordarse desde una perspectiva múltiple que tome en cuenta su relación con las demás unidades.
- Todos los seres vivientes poseemos la misma estructura básica genética (el ADN), compuesta por los mismos materiales, que se repite con cada división celular como un molde. Sin embargo, allí también se producen las variaciones y mutaciones que permiten introducir variedad a la especie. Por ende, cohabitan en un mismo sistema genético el orden y el caos, la preservación y el cambio continuo, la individualidad y la especie.
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Referencias
- “Pensamiento complejo” en Enciclopedia filosófica online.
- “Edgar Morin y el pensamiento de la complejidad” por Andrews José Paiva en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Venezuela).
- “El pensamiento complejo” por Lucía Solís en Unida en Diversidad.
- “Introducción al Pensamiento complejo” (video) en Mutiversidad Mundo Real Edgar Morin.
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