El pensamiento lineal, también llamado pensamiento vertical, es aquella forma de razonamiento que aborda los problemas de una manera secuencial, selectiva y analítica, apoyándose en los datos y los hechos comprobables, más que en la intuición, el riesgo y la creatividad, como ocurre con otras formas de pensamiento. Por ejemplo: clasificar según el apellido del autor los libros de una misma estantería.
El nombre de “pensamiento lineal” fue acuñado por el psicólogo maltés Edward de Bono (1933-2021), para distinguirlo del “pensamiento lateral” que analizaba en su obra de 1970. En este libro, el pensamiento lineal es definido como algo muy similar al pensamiento crítico, por lo que este tipo de razonamiento posee una importante cuota de prestigio y normalmente se considera como el más seguro, correcto y confiable.
El pensamiento lineal opera por selección excluyente, es decir, siempre dentro de los límites de lo considerado relevante (dejando por fuera, por tanto, lo irrelevante o accesorio), y avanza hacia una solución de manera secuencial y organizada, hasta dar con una solución única considerada como la mejor o la más probable. Esto significa que es un modo de pensamiento finito, concreto y enfocado, fuertemente apoyado en la lógica, la deducción y el manejo de reglas claras y evidentes.
- Ver además: Pensamiento intuitivo
Tipos de pensamiento lineal
Existen tres tipos diferentes de pensamiento lineal o vertical:
- El pensamiento lógico-matemático. Es aquel que es propio de los sistemas formales y de las deducciones, y se basa en las relaciones lógicas y de sentido para resolver los problemas.
- El pensamiento abstracto y espacial. Es aquel que es propio de los entornos, las formas y la congruencia entre sistemas. Se aplica a los objetos y los espacios, y tiene mucho que ver con la percepción y la abstracción.
- El pensamiento lingüístico-verbal. Es aquel que tiene que ver con el lenguaje verbal y las palabras, con la comunicación organizada y sistemática, o con las dinámicas de la lectura y escritura.
Ejemplos de pensamiento lineal
Algunos ejemplos de pensamiento lineal o vertical son:
- Sumar una serie de gastos hechos y restarlos al presupuesto mensual, para llevar la cuenta de cuánto hemos gastado ya y cuánto aún podemos gastar.
- Resolver un crucigrama cotejando las palabras posibles hasta dar con la correcta en extensión y orden de las letras.
- Elegir entre distintas opciones un mueble que se ajuste al espacio en nuestro hogar donde queremos ponerlo, midiendo los costados y cotejando las medidas con las medidas del espacio.
- Armar un rompecabezas, probando una por una las piezas que podrían ir en una misma posición hasta dar con la correcta y luego avanzar con la siguiente.
- Organizar en nuestra agenda las actividades que haremos durante la semana, para que no se superpongan y podamos hacerlas todas.
- Elegir en un catálogo de hoteles disponibles el que mejor se ajuste a nuestras posibilidades económicas durante un viaje.
- Llenar un formulario bancario con la información correcta para solicitar un préstamo.
- Clasificar según el apellido del autor los libros de una misma estantería.
- Resolver correctamente una serie de ecuaciones matemáticas aplicando un método paso a paso.
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Referencias
- “Vertical thinking” en Wikipedia.
- “Descubre lo que es el pensamiento vertical o lineal” en Euroinnova.
- “Pensamiento lineal vs. complejo” (video) en la Universidad de La Laguna (España).
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