El método científico es un sistema de investigación empleado en la producción de conocimiento científico, que involucra una metodología rigurosa y específica para obtener de manera racional nuevos saberes válidos y comprobables. La utilización del método científico es un rasgo fundamental que distingue a la ciencia de otras formas de conocimiento.
La idea detrás del método científico es que todos los investigadores utilicen un mismo método comprobable. Sus principios fundamentales son:
- Reproductibilidad. Esto significa que los fenómenos observados en la naturaleza se reproducen a través de experimentos, los cuales deben poder realizarse nuevamente por cualquier persona en un ambiente controlado y obtener los mismos resultados. De este modo, toda afirmación puede ser verificada por la comunidad científica para comprobar su universalidad.
- Refutabilidad. Esto significa que toda afirmación científica sustentada en un experimento puede ser refutada o falsada mediante un contraejemplo experimental, que evidencie algún error o alguna falta en la interpretación teórica. De este modo, si una conclusión científica no puede ser refutada mediante algún contraejemplo, será entendida como la mejor explicación posible hasta el día en que aparezca alguna aún mejor.
Así, el método científico propone una metodología de investigación que confía en la razón humana y en sus dotes deductivas, así como en la acumulación del conocimiento como una vía de aproximación a la verdad. Es por eso que, con el pasar del tiempo, lo que se considera una verdad científica en un momento puede ser refutado o actualizado después.
- Ver además: Tipos de saberes
Origen del método científico
El método científico no tuvo un único inventor ni apareció de golpe en un momento puntual de la historia. Fue producto de una larga historia de pensamiento científico y filosófico, desde los enfoques más intuitivos e incluso religiosos de la Antigüedad, hasta las vertientes racionalistas y empiristas que surgieron a partir del siglo XVII, representadas por el pensamiento de René Descartes (1596-1650) y sir Francis Bacon (1561-1626), respectivamente.
Estas vertientes modernas intentaban dar con la mejor manera de obtener conocimiento. El racionalismo defendía que la razón era la vía hacia la verdad, mientras que el empirismo sostenía que lo era la experiencia. Esta oposición no se resolvió sino hasta el surgimiento, en el siglo XIX, del método hipotético-deductivo, el primero de los modelos que componen el método científico contemporáneo.
Esta fue la solución para amalgamar los dos principales métodos de razonamiento lógico de entonces: el pensamiento deductivo y el inductivo. Entre los pensadores responsables, directa e indirectamente, del surgimiento de este modelo, figuran David Hume (1711-1776), John Stuart Mill (1806-1873) y Charles Sanders Pierce (1839-1914), entre otros.
Sin embargo, faltaban muchos cambios y ajustes para que apareciera el método científico como se entiende hoy en día. Este proceso de modificaciones y mejoras se debió a figuras de gran importancia en la filosofía del siglo XX, como el filósofo austríaco Karl Popper (1902-1994) y sus críticos Thomas Kuhn (1922-1996) y Paul Feyerabend (1924-1994), quienes se oponían a la idea de la existencia de un método común para todas las ciencias.
Pasos del método científico
El método científico es un sistema de conocimiento basado en la observación directa y la reproducción posterior de los fenómenos naturales. Para eso, contempla una serie de pasos o segmentos cuyo cumplimiento permite un proceso de obtención de conclusiones mucho más controlado, confiable y riguroso. Estos pasos son:
Paso 1. Observación
El paso inicial del método parte de la observación de la naturaleza y sus fenómenos a través de los sentidos, para recabar la mayor cantidad de información posible y así contar con mayores elementos para formular una hipótesis. A su vez, este primer paso contempla las siguientes etapas:
- Observación curiosa de la realidad. Consiste en abordar la naturaleza con una mirada atenta e interesada, para captar la mayor cantidad de datos posible.
- Identificación del problema. Consiste en dar con la pregunta a la que dará respuesta la investigación, o sea, identificar el tema que se estudiará a partir de lo observado en la naturaleza.
- Formulación de objetivos. Consiste en identificar y formular los asuntos a los que dará respuesta la investigación, y trazar un plan de acción para cumplir con eso.
- Recopilación de evidencias. Consiste en obtener de la naturaleza aquellas pruebas, es decir, descripciones, mediciones o representaciones, que reflejen el fenómeno estudiado.
Por ejemplo: un científico se dedica a observar la conducta de las hormigas en su jardín y se da cuenta de que cortan hojas y ramas de casi todas las plantas, excepto de las que están sembradas alrededor de un arbusto de boldo. El científico, entonces, se hace la pregunta de si hay algo en el boldo que las repele y decide estudiar el asunto. Toma fotografías, recoge muestras de hojas del boldo y captura un par de especímenes de hormigas.
Paso 2. Investigación de fondo
El segundo paso del método consiste en ampliar la información disponible, acudiendo a fuentes especializadas y a las herramientas de la lógica. El objetivo es hacerse una idea mayor de las causas, consecuencias y elementos involucrados en el fenómeno, a partir de la evaluación detallada de las pruebas recopiladas.
Por ejemplo: a través de la revisión de sus muestras, el científico identifica la especie de boldo específica de su jardín y el tipo de hormigas que lo habitan. Acude a la bibliografía especializada y detalla las características conocidas de cada uno. Así, descubre que el boldo posee un compuesto llamado laurotetanina, el alcaloide que le otorga su olor.
Paso 3. Formulación de una hipótesis
El tercer paso del método consiste en formular una hipótesis de trabajo, es decir, una explicación tentativa para el fenómeno observado, que se irá afinando, comprobando o contradiciendo a lo largo de la investigación. Sin embargo, esta hipótesis no puede ser aventurada a la ligera, sino que debe provenir del análisis de las muestras y de las conjeturas y suposiciones lógicas del investigador (inducción y deducción).
Esta instancia del método puede entenderse como una predicción de resultados: el investigador asume que su investigación arrojará un resultado más o menos específico, a sabiendas de que eso podría no ocurrir o podría resultar distinto de lo esperado.
Por ejemplo: el científico supone que la laurotetanina puede ser el compuesto que repele a los insectos, ya que se trata de una sustancia empleada en algunos insecticidas naturales (deducción). Asimismo, parte del supuesto de que solo su especie de hormigas se ve afectada por el fenómeno, pero que si afecta a una especie, es probable que afecte a todas las especies de hormigas por igual (inducción).
Paso 4. Comprobación experimental
El cuarto paso del método involucra la comprobación experimental de la hipótesis. Para eso, el investigador debe diseñar y aplicar los experimentos que considere necesarios, del modo más controlado y transparente posible. Esto significa que los experimentos deben ser genuinos, no deben estar viciados ni dispuestos previamente a dar ningún resultado, y deben tomar en cuenta la mayor cantidad de factores posible, de modo de construir un ambiente controlado.
Por ejemplo: el científico aísla en su laboratorio la laurotetanina del boldo y decide rociar con ella una cucharada de azúcar, hasta formar una pasta uniforme. Mide exactamente la proporción de azúcar y del alcaloide, y construye tres muestras diferentes: una con 75 % de azúcar y 25 % de laurotetanina, otra con 50 % y 50 %, y una última con 25 % de azúcar y 75 % de laurotetanina. Luego, procede a dejar una misma cantidad de cada muestra en un envase en su jardín, en tres lugares distintos alrededor del hormiguero, y espera a ver cuál de las tres muestras atrae más hormigas.
Paso 5. Análisis e interpretación
El quinto paso del método consiste en analizar e interpretar los resultados de la experimentación, teniendo en cuenta no solo la hipótesis inicial, sino sus alternativas lógicas y otros saberes en torno al tema. La idea es alcanzar la mayor comprensión posible de lo ocurrido en el experimento para poder alcanzar conclusiones razonables.
Asimismo, de ser necesario, puede repetirse el experimento modificando algunos de sus elementos, o plantear un segundo experimento para ahondar en las conclusiones o cuestionar si se está interpretando bien lo ocurrido.
Por ejemplo: una vez culminado el experimento, el científico se da cuenta de que dos de sus tres muestras experimentales fueron aceptadas por las hormigas: las que tenían mayor proporción de azúcar. La última, en cambio, no atrajo sino a un par de insectos. El científico, entonces, concluye que la presencia de la laurotetanina es capaz de repeler a las hormigas, pero solo en cantidades muy concentradas.
Paso 6. Formulación de una explicación o teoría
El último paso del método consiste en la asimilación de los resultados y las conclusiones para formular una explicación coherente. En el campo científico, a las explicaciones que son exhaustivas y que cuentan con respaldo experimental se las llama “teorías”.
Sin embargo, la formulación de una teoría es mucho más que una suposición afortunada. Una teoría científica debe proveer un sustento racional a sus interpretaciones y debe poder ser replicada experimentalmente. Así, si otro científico realiza el mismo experimento y sus resultados son distintos, se demostrará que los resultados no estuvieron bien interpretados y se podrá seguir ahondando mucho más en el tema. De cierto modo, una teoría es una hipótesis que no ha podido ser refutada.
Por ejemplo: el científico redacta un artículo con sus interpretaciones sobre el efecto repelente de hormigas de la laurotetanina. Detalla cómo tuvo lugar su experimento y realiza suposiciones respecto a la bioquímica del alcaloide y el sistema digestivo de las hormigas. El artículo aparece en una revista y, algún tiempo después, otro científico en otro país replica el experimento con un tipo de hormigas distinto, obteniendo resultados muy diferentes: todas las muestras fueron devoradas por las hormigas. Este segundo científico también publica sus resultados. Finalmente, la comunidad científica deduce que la interpretación correcta del asunto es que la laurotetanina en altas concentraciones tiene un efecto repelente únicamente en el tipo de hormigas del experimento inicial.
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Referencias
- Bunge, M. (2000). La investigación científica. Su estrategia y su filosofía. Siglo XXI Editores.
- Villalobos Romero, J. L. (2020). El método científico. Origen y fundamento. Barker & Jules.
- VV.AA. (2022). Tesis fácil. El arte de dominar el método científico. Analéctica.
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