Existen distintos tipos de adverbios porque estas palabras se clasifican en distintas clases según cuatro criterios: el significado, la forma, la naturaleza gramatical y la relación que tienen con el verbo. Por ejemplo: Según su significado, ahí es un adverbio que funciona como circunstancial de lugar.
Los adverbios son palabras que modifican verbos, adjetivos y otros adverbios y son palabras invariables, es decir, que no varían en género (femenino y masculino) y en número (singular y plural).
Según el significado, existen dos grandes grupos de adverbios: los circunstanciales y los epistémicos. Los circunstanciales son aquellos adverbios que expresan una circunstancia que está relacionada con la acción, el proceso o el estado designado por el verbo y que responden a las preguntas ¿dónde?, ¿cuándo?, ¿cómo? y ¿cuánto?
Los distintos adverbios circunstanciales son:
Adverbios de lugar. Aportan información sobre el lugar en el que se desarrolla la acción. Por ejemplo: El parque queda cerca de casa.
Adverbios de tiempo. Aportan información sobre el momento en el que se desarrolla la acción. Por ejemplo: Antes la gente utilizaba más el teléfono de línea.
Adverbios de modo. Aportan información sobre la forma en la que se realiza una acción. Por ejemplo: María juega muy bien al fútbol.
Adverbios de cantidad. Aportan información cuantitativa sobre algo. Por ejemplo: Me gusta mucho este lugar.
Los adverbios epistémicos son aquellos adverbios que cambian el sentido de la oración o del discurso y que dan información que está relacionada con el emisor. Estos adverbios no dan información sobre las circunstancias del desarrollo de la acción designada por el verbo.
Los adverbios epistémicos son:
Adverbios de afirmación. Se utilizan para afirmar, confirmar, sostener o asegurar algo. Por ejemplo: Sí, estoy segura de que lo lograremos.
Adverbios de negación. Se utilizan para negar algo. Por ejemplo: La Luna no es cuadrada.
Adverbios de orden. Se utilizan para expresar el orden de una secuencia de hechos o para ordenar el discurso. Por ejemplo: Ella entró en la casa y, después, dejó su bolso en el sofá.
Adverbios de duda. Expresan que el hablante no tiene certeza sobre aquello que dice. Por ejemplo: Quizá el tren llegue a horario.
Adverbios relativos. Se utilizan para introducir oraciones subordinadas. Por ejemplo: La casa donde vive Sandra es muy linda.
Adverbios comparativos. Se utilizan para hacer una comparación entre dos cosas. Por ejemplo: José toca la guitarra mejor que Pedro.
Adverbios de deseo. Se utilizan para expresar el deseo que tiene el hablante de que se realice una acción. Por ejemplo: Ojalá la segunda temporada de la serie se estrene pronto.
Clasificación de los adverbios según su forma
Según esta clasificación, los adverbios pueden ser:
Adverbios simples. No derivan de otra palabra. Por ejemplo: Esta computadora funciona bien.
Adverbios derivados. Derivan de adjetivos o agregan algún tipo de afijo. Por ejemplo: Tienes que coser el ruedo del pantalón lentamente.
Clasificación de los adverbios según su naturaleza gramatical
Según esta clasificación, los adverbios pueden ser:
Léxicos. Poseen un significado, porque designan una circunstancia. Por ejemplo: Él conducía muy despacio.
Gramaticales. Su significado está determinado por otra cosa, porque el referente cambia según las circunstancias espaciales, temporales, sintácticas, etc. Por ejemplo: Ahora muchas personas trabajan en su hogar.
Clasificación de los adverbios según la relación sintáctica que tienen con el verbo
Esta clasificación no depende del adverbio en sí, sino de cómo se relaciona con el verbo. Existen distintos tipos:
Argumentales. No se pueden eliminar de la oración, porque complementan al verbo y porque son fundamentales para comprender el sentido de la oración. Por ejemplo: La película dura mucho.
Atributivos. Suelen funcionar como complemento predicativo con verbos que expresan características, condiciones o estados, como ser, estar y parecer. Son fundamentales para comprender el sentido de la oración y, por eso, no se los puede eliminar. Por ejemplo: Estoy bien.
Adjuntos. Si bien aportan información importante en la oración, pueden ser suprimidos porque no son fundamentales para que la oración tenga sentido. Por ejemplo: Sinceramente, no me pareció que fuera una gran película.
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